Aptitud para la espada.

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Pov: Myoui Mina.

Acompañe en silencio al gran Duque, el hombre se veía elegante a pesar de que no llevaba nada formal, su cabello rubio y esos impresionantes ojos rojizos eran intimidante, pero como veterana de la guerra no era suficiente como para hacerme temblar. Con cuidado posó su palma contra mi hombro derecho, era un problema el hecho de que este cuerpo estuviese familiarizado con el contacto, porque me mantenía con las defensas bajas, así que debía estar el doble de atenta: una nunca sabe donde podría estar el peligro. Con calma me indicó hacia dónde debíamos dirigirnos, así que lo seguí sin siquiera dudar de su palabra. A través de un bonito ventanal logramos llegar al patio trasero, a pesar de que estaba acostumbrada a estar en lugares amplios, nunca en mi vida, había estado en lugar tan bonito. Como era de esperarse, no pude evitar ocultar mi sorpresa, y por la forma en que el Duque habia sonreido, estaba segura que él estaba orgulloso de haber logrado que yo reaccionara. Rápidamente apreté mis labios, sintiéndome avergonzada de mi propio comportamiento, por Dios Mina, ni que fueras una niña, me regañé mientras que giraba mi rostro notando como los sirvientes que estaban cerca de mi no dudaban en huir; ni siquiera mis ojos habían logrado encontrarse con los suyos, pero estos ya habían huidos aterrados por mi mera presencia, si no soluciono esto, más adelante será una molestia, pensé sabiendo perfectamente que debía mejorar mi relación con ellos si quería estar en paz en mi propia casa. Suspiré mientras que sentía como mi padre tiraba de mí en dirección de los guardias, por lo que Eunwoo me había comentado, los guardias que se mantenían en el interior del Ducado eran guerreros personales, por ende, sólo seguían la palabra de un Myoui, ni siquiera el Rey tenía el poder para lograr movilizarlos. 

Cuando escuché sobre la existencia de los guardias no pude evitar sorprenderme, mi cerebro no era capaz de comprender el verdadero poder del Duque, ¿Qué tan fuerte era realmente este hombre? me cuestioné mientras que, instintivamente posaba mis ojos en el alto adulto. Él no parecía estar prestándome atención, pero al notar que yo lo estaba viendo rapidamente me dió una cálida sonrisa que tensó mis extremidades superiores, es un ser extraño, pensé a la vez que desviaba la mirada prestándole atención a los guardias que estaban entrenando en medio del campamento, parecen fuertes, y estaba intrigada por saber cuan fuerte eran y cuál era su límite.

Nuestras presencias rapidamente se hicieron de notar ya que velozmente los chicos dejaron de entrenar.  

—¡Buenos días señorita y Duque!—exclamaron todos los guardias provocando que me quedara completamente quieta, mi padre le respondió el saludo con igual o misma emoción mientras que yo simplemente atiné a sonreir provocando que todos los presentes se quedaran quietos en su sitio, mierda, probablemente es la primera vez que me ven sonreír, pensé preocupada de haberlos asustados con mi nueva personalidad.

—Chicos, hoy por fin mi hija ha decidido aprender el arte de la espada—aclaró mi padre con emoción mientras que los guardias observaban con interés mi rostro, bueno, en realidad como ya sé defensa personal proporcionada en mis años en el ejército estoy segura que nadie podría lastimarme con tanta facilidad, pero si lo mezclo con la espada posiblemente nadie pueda vencerme así que tengo que tomarmelo en serio, y estaba emocionada por esa probabilidad; desde que tengo memoria siempre estuve familiarizada con las peleas, ante el hecho de que era huérfana me vi en la obligación de sobrevivir en las desoladas calles de Seúl, hasta que cumplí mi mayoría de edad y tuve por fin la oportunidad de poder alistarme en el ejército, así que me sentía segura a la hora de poder defenderme en un cuerpo a cuerpo. 

—Por favor cuiden de mi—pedí mientras que hacia una suave reverencia notando como todos los guardias tensaban sus hombros sorprendidos por mis palabras. Nerviosa alcé la mirada observando como ellos simplemente me veían, si ellos no ponen de su parte, esto va ser realmente incómodo, pensé ligeramente fastidiada por las acciones que había tomado la antigua dueña de este cuerpo—...—les sonreí de manera genuina provocando que más de alguno se sonrojara, no puedo culparlos, este cuerpo es hermoso, admití sabiendo perfectamente que la Mina de este mundo era demasiado hermosa como para que nadie reaccionara a su encanto.

¿La villana ha cambiado? [I]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora