Mentira piadosa.

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Pov: Myoui Mina

Mi cuerpo se paralizó por completo en el momento que escuché el nombre de mi mejor amigo saliendo de su boca. El corazón con violencia comenzó a latir en el interior de mi caja torácica bombeando la sangre con tanta agresividad que podía sentir como tapaba por completo mis tímpanos dejándome con un desagradable dolor de cabeza. No dije nada al respecto mientras que mi acompañante regresó nuevamente a ese conocido silencio abrumador con sus ojos aún fijos sobre los míos, parecía que ella realmente quería saber una respuesta para su pregunta, y bueno, eso era válido, pero yo no tenía ni la menor idea de que debía decir para que se quedara convencida. La verdad, es que tenía demasiadas dudas en el interior de mi cabeza, quería saber cómo demonios se llegó a enterar sobre ese nombre, ¿Dónde lo escuchó? ¿Realmente me escuchó o solo se trataba de una horrible coincidencia? no lo sabía, y el no saberlo me generaba una abrumadora ansiedad. Como era de esperarse no fui capaz de seguir sosteniendo su dorada mirada, así que cobardemente agaché mi cabeza observando con interés mis pies descalzos. Seguí en mi sitio con los labios firmemente apretados entre sí, sintiendo la violencia con la que mi cabeza estaba zumbando; el hecho de que hubiese llorado solo empeoraba mis síntomas, pero traté de no pensar mucho en el ardor de mis fosas nasales y en el borde de mis ojos. De repente, sin siquiera yo esperarlo escuché el claro sonido de sus pasos acercándose lentamente hacia mi dirección; sabía perfectamente que debía enfrentarla, ella merecía que mínimo hiciera eso, pero no tenía el suficiente valor como para hacerlo, así que deliberadamente la ignoré, deseando egoístamente que ella comprendiera que yo no quería hablar específicamente sobre ese tema. La princesa con cuidado tomó asiento junto a mi, su peso hundiendo el colchón me hizo involuntariamente el mirarla por el rabillo de mis ojos, notando la forma en que ella no me había quitado los ojos de encima. Sus orbes observaban con tanta intensidad mi perfil, que llegué a sentirme cohibida, pero aun así no fui capaz de girar mi rostro para hacerle frente. 

La muchacha carraspeó logrando que yo solo tragara saliva, sintiendo cada vello de mi cuerpo completamente erizado ante la simple idea de ser consciente de que debía explicarle lo sucedido, sin parecer una completa lunática en el proceso. En realidad, si era sincera, gran parte de mi solo deseaba que ella me tomara por loca y dejará el tema hasta acá, pero la otra parte de mi, era consciente que eso no pasaría. 

—Si soy sincera... Hay muchas cosas que no entiendo de ti—confesó volviendo a romper el silencio de la habitación mientras que yo seguía completamente incapaz de poder mirar su rostro manteniéndome plenamente centrada en seguir viendo mis pies descalzos—desde que trataste de romper nuestro compromiso supe que algo en ti habia cambiado—hablaba con calma, como si no estuviese tratando de hacerle frente al responsable de sus pesadillas—ya no se trataba de ti fingiendo el haber cambiado, sino que tu realmente cambiaste—sus palabras no tenían ninguna pizca de duda; ella realmente creía que su prometida había cambiado y estaba en lo cierto. Su verdadera prometida ya no estaba en este mundo o no por lo menos de manera consciente—aunque me gustaría mostrar físicamente pruebas de que yo estoy en lo correcto, no he podido encontrar nada que fuese útil para desenmascararte—la verdad es que me sorprendía cuan lejos habia llegado para poder descifrar mi comportamiento, hasta cierto punto sentía genuina admiración por ella al entender que a pesar de que sabía perfectamente que si seguía escarbando, la verdadera Mina no dudaría en asesinarla, ella siguió con lo suyo—pero estoy segura....—hizo una pequeña pausa para poder perforar con bastante intensidad sus ojos sobre mi mandíbula— quién luchó con Dongwook no es la misma persona que peleó con Minki.

—...—me quedé en silencio, la verdad es que la muchacha no habia dejado de sorprenderme. Había sido mi culpa, lo admito, estuve tan enfocada en aprender magia y el manejo de la espada que no le presté la suficiente atención para darme cuenta de que ella me estaba examinando. Quizás, desde la primera vez que nos encontramos ella estuvo viendo las diferencias de mi actuar con su verdadera prometida, fue un descuido, uno de principiante y hasta estúpido, dependiendo de quién lo veía, pero ya no había marcha atrás. La joven princesa se había percatado de que yo estaba suplantando la identidad de la verdadera hija del Ducado, pero gracias al cielo que no tenía formas de poder hacérselo saber al Duque sin quedar como una completa desalmada—...—seguí en silencio a la vez que me armaba de valor para entreabrir los labios—¿Por qué estás tan segura de eso?—le cuestioné con suavidad sintiendo genuina curiosidad con respecto a la manera en que se percató de que dos personas habían peleado en el mismo cuerpo. 

¿La villana ha cambiado? [I]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora