La leyenda de Hikokamura

792 147 100
                                    

Pov: Myoui Mina

Luego de ver como la princesa ingresaba en el interior de las grandes puertas de la academia, di simplemente la vuelta y me subí al carruaje apoyando mis dedos en el marco de la puerta para poder impulsarme hacia el interior. Me mantuve en un completo silencio mientras que tomaba asiento al lado de la ventana, sin mucho interés me incliné presionando mis dedos contra la puerta empujando de esta para dejarla completamente abierta, permitiéndome el poder escuchar sin mayores complicaciones la animada conversación que se estaba llevando a cabo al lado del carruaje por mis caballeros; los chicos hablaban con respecto a lo que iban hacer al regresar al Ducado, algunos comentaban que seguirían practicando hasta el punto de quedar al nivel de Duque, cuando los escuché no pude evitar pensar que era un deseo ambicioso, pero que extrañamente habia deseado ver como se desarrollaba eso. En sí, no me agregaron personalmente a la conversación, pero en más de una ocasión, sobre todo por la boca de Hyeon mi nombre salió a la superficie, pero no les di mayor importancia ya que era consciente de que no saldría victoriosa si decidía interferir. Suspiré cerrando mis párpados a la vez que recostaba mi espalda contra el respaldo de mi asiento, con tranquilidad presioné mis palmas sobre mi estómago manteniendo mis piernas ligeramente abiertas para tener mayor comodidad. Rápidamente los recuerdos de lo que había sucedido en los últimos dos días ingresaron violentamente en el interior de mi cabeza con una frescura que logró fácilmente el abrumarme. Francamente, no sabía que hacer. Se estaba volviendo una costumbre para mi el quedarme quieta, prácticamente paralizada en mi sitio cuando la princesa decía o hacía algo que yo no había contemplado.
A lo largo de este viaje vi muchas facetas que no conocía de ella, y en sí, se podría decir que con todas había logrado hasta cierto punto poder manejarla, pero no sabía que hacer con la nueva personalidad que adoptó al llegar a Hikokamura. Su repentino desbordamiento de confianza me dejaba sin aliento, esa confianza tan impropia de ella para coquetear sin siquiera ser consciente de que lo hacía realmente me dejaba aturdida. Hasta cierto punto me frustraba no saber que debía decir o cómo debía responderle sin tener ese desagradable sentimiento de que estaba cometiendo un grave error. En sí, no sabía hasta que punto podía llegar con ella sin tener esa sensación de que me estaba aprovechando de la situación, ¿Debía seguir dándole mi mano? ¿Abrazándola?¿Hasta que punto estaba bien lo que yo estaba haciendo? no tenía ni la menor idea de cuál era el límite, y en verdad ni siquiera sabía si realmente quería llegar a ese límite. 

Rápidamente llevé una de mis manos contra mi rostro agobiada de recordar la facilidad que ella tenía para atacar sin ningún tipo de piedad mi sistema, logrando que todo mi organismo quedase paralizado incapaz de poder continuar con sus funciones básicas. Jadee sintiendo como el calor comenzaba a subir desde mi pecho hasta instalarse en mis mejillas. Nuevamente me había sonrojado con el simple hecho de haber estado pensando en ella. ¿Qué demonios hizo conmigo? me cuestioné echando mi cuerpo hacia adelante mientras que abría mis párpados con la suficiente fuerza para llegar a lastimarme. Mi corazón de un momento a otro había comenzado a latir con fuerza, de una manera violenta y sin ningún tipo de control. Entreabrí los labios manteniendo aún mi mano sobre mi rostro, en silencio tomé grandes bocanadas de aire sintiéndome completamente incapaz de poder sacarme de la cabeza aquellos ojos dorados que ya no mostraban ningún tipo de señal de tenerme miedo, es más, hasta cierto punto ya no podía siquiera reconocer que tipo de sentimientos sentía cuando sus ojos estaban enfocados en mi. Me daba la sensación que de un momento a otro simplemente cerró aquella puerta que me permitía poder saber que era lo que estaba sintiendo. Tragué saliva llevando mi mano libre contra mi esternón logrando sentir el agresivo golpeteo de mi órgano latente contra mi palma abierta. Esto no estaba bien, no se sentía bien... ¿Yo me estaba enfermando? ¿A eso se debía estos malestares? esperaba estar en lo correcto, esperaba realmente que lo que estuviese sufriendo no fuese producto de un sentimiento desconocido. 

¿La villana ha cambiado? [I]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora