Por un bien mayor

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Pov: Im Nayeon.

El viaje de regreso que normalmente nos hubiese tomado alrededor de catorce días, esta vez solo nos tomó la mitad. Esto se debía a que básicamente solo hicimos paradas para hacer nuestras necesidades básicas y que los caballos recuperarán sus energías. Estas paradas no tardaban más de cuatro horas el completarse así que los chicos aprovechaban ese tiempo para cazar lo primero que encontraban y cocinarlo como podían para tener algo de comida en el estómago. En sí, el viaje fue cruelmente silencioso, ninguno de los caballeros se animó realmente a entablar un tema de conversación conmigo o entre ellos mismos; no parecían tener ánimos de querer expresar abiertamente cómo se sentían en realidad y yo lo entendía, porque me sentía de la misma forma. Como cada uno de los caballeros poseía una buena suma de dinero, compraron un carruaje y un par de caballos, por obvias razones Hyeon se vio en la obligación de tener que hacerme compañía mientras que el resto de los chicos rodeaban nuestro medio de transporte. Su silencio era incómodo. Él parecía pensativo con sus ojos fijos en el exterior mientras que sus dedos sostenían con firmeza el mango de su espada. Estaba frente a mí, así que no podía evitar pensar vagamente que Minari estaría en la misma posición si es que no se hubiese animado a sentarse a mi lado. Mis comisuras se elevaron con suavidad al recordar como sus orejas se calentaban ante la vergüenza que sentía de ser consciente que estaba en mi mismo espacio, y como trataba inútilmente de fingir que se sentía bien a pesar de cómo estaba reaccionando su cuerpo; en sí, el cuerpo de Minari era muy malo mintiendo. Suspiré sabiendo que era una completa estupidez de mi parte pensar en ello; esos momentos jamás volverían, ahora solo serían recuerdos para mi. De manera tranquila dejé de prestarle atención a lo que Hyeon estaba haciendo enfocando mis ojos en el exterior. Durante unos minutos el carruaje se detuvo en espera de que las grandes puertas del Ducado se abrieran para permitir nuestra entrada. Si debo ser completamente sincera, no estaba preparada para enfrentarlos. No estaba mentalmente lista para ver al gran Duque ni observar su reacción. No quería ser odiaba por ellos, pero entendía perfectamente si eso llegaba a ocurrir.

A pesar de que me estaba esforzando aun así mis manos comenzaron a temblar, torpemente traté de ocultarlas posándolas unas sobre las otras, pero Hyeon ya se había percatado de ello. En silencio el chico simplemente soltó un suave suspiro mientras que se colocaba de pie, yo lo observé aturdida notando como él daba un paso hacia mi dirección para luego sentarse a mi lado. No dije nada al respecto, la verdad es que había quedado tan sorprendida por su manera de actuar que solo atiné a quedarme quieta en mi sitio.  

Él no me tocó. Ni siquiera se tomó la molestia de mirarme. Simplemente se mantuvo junto a mi con su mano aun puesta sobre su espada como si estuviese preparado en atacar si se presentaba la oportunidad. A simple vista parecía estar desinteresado, y eso me desconcertaba aún más.

—Puedes seguir llorando. nadie te está viendo—aclaró causando que yo sorprendida llevara mis manos contra mi rostro sintiendo como las lágrimas resbalaban por mis mejillas sin siquiera yo ser consciente de ello—cuando Felix abra la puerta no podrás volver a mostrar esta parte de ti, ¿Lo sabes, verdad?—cuestionó manteniendo aún sus ojos en el exterior, tratando de esa manera darme algo de privacidad—no soy un noble, pero sé cómo son, así que es tu momento de llorar... yo te cubriré—admitió provocando que yo simplemente agachara mi cabeza sollozando con suavidad. 

El carruaje se adentró lentamente en los aposentos del Ducado, pero mientras más avanzamos yo aún era incapaz de poder detener las lágrimas. Hyeon continuó en todo momento estando a mi lado, sin hacer comentarios, sin siquiera quejarse, simplemente se mantuvo ahí, esperando con paciencia que yo fuese capaz de calmarme.
Me tomó alrededor de un par de minutos lograr detener mi llanto mientras que el Carruaje se detenía en la entrada principal. En silencio me limpié las lágrimas notando como Hyeon mantenía sus ojos fuera de mi cuerpo, pero su mano estaba en mi dirección con un pequeño pañuelo envuelto entre sus dedos. 

¿La villana ha cambiado? [I]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora