Antes de la competencia. Part. 2

721 146 46
                                    

Pov: Myoui Mina.

Ingenuamente creí que las cosas se mantendrían en paz luego de tener contacto con nuestro primer invitado, pero me equivoqué, el siguiente que llegó tenía una arrogancia que su propio cuerpo emanaba como un hedor nauseabundo, detrás de él venía su esposa y dos señoritas que debían ser de la edad de mi prometida mientras que el varón que les acompañaba estaba en medio de ambas. Les di un rápido vistazo notando como las chicas vestían cosas sencillas al igual que su madre mientras que el chico por poco no se caía de cara ante el peso de sus joyas demostrando el visible favoritismo que había en la familia. No dije nada al respecto a pesar de que mi lengua quemaba por ser liberada. Puse mi atención en el nuevo hijo de puta que tenía frente a mi, en todo ese momento él ni siquiera se tomó la molestia de dirigirnos la palabra, deliberadamente fingió que no existiamos centrándose plenamente en alabar la fuerza de Hyunjin y la inteligencia de Eunwoo enfatizando en más de una ocasión que eso era lo que esperaba de un hombre. No pude evitar el bufar fastidiada logrando llamar su atención, como era de esperarse él solo me dio un corto vistazo permitiendo que su desprecio cayera tanto en mi como en mis acompañantes. Lo supe de inmediato, no necesitaba mayores pruebas para comprender que frente a mí estaba el típico machista moderno que tantas veces me topé. 

Las cosas no mejoraron después de ese invitado, en realidad, el que le siguió y su subsiguiente, se comportaron exactamente de la misma forma, no había nadie rescatables del montón de idiotas que recorrieron el pasillo, parecían ser muñecos creados de la misma fábrica, soltando tanta mierda que me cuestionaba seriamente si todo eso venía de sus cabezas o había sido algo planeado con anterioridad. En más de una ocasión miré a la Duquesa preguntándome genuinamente como lo hizo para sobrevivir en esta familia, porque era un asco, por donde se mirase, las cabecillas de la familia Myoui eran unos completos hijos de puta desagradables, es que ni siquiera había forma de poder verlos de manera positiva, cada vez que abrían la boca solo dejaban soltar su pensamientos "unga unga" como diría mi vieja compañera Angélica, demostrando la falta de empatia y sentido común en ellos. Si soy sincera, rara vez me centraba en sus acompañantes, básicamente porque la gran mayoría eran hombres así que llevaban a sus madres prácticamente de adornos. Las chicas, en cambio, habían de dos tipos, las egocéntricas y las sumisas, pero a pesar de que eran notorio en cual categoria cada una entraba, habia algo en particular que todas compartían; odiaban a Mina. 

No necesitaba ser una experta en la materia para saber que nos les simpatizaba ni siquiera un poco, ya que me miraban con la suficiente hostilidad que podría sentirse hasta metros de distancia, como si muy en sus interiores lamentaran el hecho de que el caballo no me hubiese quitado la vida. Para mi sorpresa la princesa se hizo de notar, cuando ese intenso odio iba sin ningún tipo de vergüenza hacia mi dirección ella se interponía en mi camino dándoles una simple mirada como si les estuviera advirtiendo que no se metieran conmigo, adaptando la autoridad como princesa que solo ella tenía para hacer que las demás no les quedara de otra más que agachar la cabeza, sabiendo que a pesar de que estaban frente a una hija que hace pocos años fue reconocida, seguía siendo pariente directa del Rey. No quise hacerme ilusiones ante su repentino cambio de actitud a pesar de que me había sorprendido, pero no quería malinterpretar sus acciones, porque muy en el fondo era consciente de que ella jamás, de los jamases haría algo gratuitamente y para mi beneficioso; no tenia ningun tipo de sentido, así que lo más seguro es que solo estaba fingiendo preocupación para fortalecer nuestra falsa relación. 

Luego de que el último invitado hizo los mismos comentarios y tuvo exactamente la misma actitud que el resto de sus parientes, a la Duquesa no le quedó de otra como anfitrión el tener que acompañarlo hasta el salón principal, dejándome a mí y a mis hermanos a solas junto a la princesa. Con curiosidad miré a Eunwoo notando como él rapidamente movía su cabeza en dirección de una de las habitaciones indicándome en silencio que debía seguirle. Sinceramente no sabía el por qué de su acción, pero de todas formas caminé hacia donde él me había indicado sintiendo los fríos dedos de mi acompañante aún posados sobre mi brazo. Sorprendida de aún mantener su contacto sobre mí decidí darle un rápido vistazo, su cabello negro ondulado se mecía al compás de nuestro caminar mientras que Hyunjin en un completo silencio iba a su lado, Eunwoo en cambio iba al frente de todos nosotros. Ninguno de los cuatro hizo comentario alguno, solo nos dedicamos a seguir al pelinegro hacia aquella misteriosa habitación, ignorando por completo el hecho de que teníamos invitados esperando en el salón principal. Por mero instinto miré por sobre mi hombro al sentir una mirada, fruncí el ceño al notar la soledad del pasillo, quizás había sido ilusión mía aquella peculiar sensación así que lo dejé pasar. 

¿La villana ha cambiado? [I]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora