Por favor, sea egoísta.

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Que pedox, ¿Por qué no comentaron en el capitulo anterior? ¿Acaso le temen a mis actualizaciones? ya saben que solo actualizo para leerlos, putos ;D.

Pov: Myoui Mina.

La princesa me llevó en dirección del salón principal donde se suponía que el príncipe me estaba esperando. Me mantuve en un completo silencio intentando encontrar la mejor respuesta para rechazar al muchacho sin tener que empeorar los problemas que ya en sí, tenía; las cuales se fueron acumulando tanto por las acciones de la anterior dueña de este cuerpo como las mías. Apreté mis labios ante la culpa mientras que desviaba mi mirada de al frente para ver el perfil de mi acompañante, no iba a negar que la culpa me carcomía, durante mi estadía en este mundo no habia dejado de cagarla, utilizando inútilmente el poder que el Duque tenía sin siquiera pensar en las consecuencias de mis actos, como si hubiese olvidado por completo la edad mental que poseía y la supuesta facilidad que tenía para poder tomar decisiones correctas. Creí, ingenuamente que sería capaz de pensar con la cabeza fría y actuar de la mejor forma posible, como si mis años en el ejército fuesen capaces de serme útil acá, pero el golpe de la realidad me dio de lleno en el rostro; no podía simplemente actuar sin saber las cosas, fui una completa idiota al atacar directamente al Rey y exigir el rompimiento de mi compromiso sin entender lo que significa el tener el odio de él. La verdad es que me confié con la idea de que el Duque me podría salvar, y claro, él podría salvar mi culo, pero... ¿A que costo?. Tardé en comprender que mis acciones traerían consecuencias como cualquier otro ser humano normal y corriente. 

Si soy completamente sincera, una parte de mi aun no asumía del todo las cosas, era mucho por lo cual debía procesar, tenía que fingir una vida que no era mía, hablar con personas que no conocía y aceptar que ellos serían parte de mi mundo, como mis recuerdos anteriores no fuesen más que un mal sueño, pero eran reales, muy reales para mi. Suspiré girando mi rostro hacia otra dirección al notar como la princesa me había puesto atención. ¿Cuándo fue el momento que comprendí que ella era real? me cuestioné sabiendo que inconscientemente habia asumido que todos ahí no eran más que algo ajeno a mi existencia, como si estuviese dentro una película o novela, no los veía como seres humanos, o no por lo menos como los que yo conocía, así que cerré mi mente con la idea de que ellos no eran reales y que sus problemas no tenían nada que ver conmigo, y si por algún motivo llegaban a morir, pues, se morían y ya está. Probablemente siempre tuve esa idea en mente, pero jamás me vi en la obligación de pensar en ello, simplemente lo suprimí y escondí en lo más profundo de mi mente. Y quizás, cuando vi a la princesa llorar, la impotencia y el dolor envuelto en el rostro de Sana, escuchar las disculpa y el llanto del Duque, quizás eso, ver eso, oír eso, me hizo entender que ellos eran igual de humanos que yo, y que debía por ese simple motivo, dejar de joderlo.

Dejé de pensar en el momento que noté como la princesa se había detenido frente a la gran puerta de madera que nos separaba de nuestro esperado encuentro con el príncipe. Aun en silencio giré mi rostro en busca de algún sirviente, pero al parecer el pasillo estaba sospechosamente solitario. No pensé mucho en ese detalle, con calma estiré una de mis manos para poder tomar la manilla mientras que sentía el inesperado tirón en el borde de mi camiseta. Curiosa agaché la mirada notando como la princesa habia agarrado de mi prenda, ¿Qué sucede? pensé elevando mi mirada para notar la ansiedad corriendo a través de sus ojos, ¿Qué le ocurre? me cuestioné estirando mi mano para presionar mi palma contra su dorso. Ella rápidamente reaccionó alejando su tacto de mi prenda como si hubiese comprendido que habia cometido un error. Nos miramos en silencio, creí que, como de costumbre sería yo quien desviaría la mirada, pero para mi sorpresa, ella simplemente agachó la cabeza, como si estuviera avergonzada de haber sido atrapada por mi. 

No dije nada al respecto. Fingiendo que no habia sentido el tirón de mi camiseta, ni haber visto sus ojos, volví a presionar mi mano contra la manecilla abriendo de una buena vez la puerta. Como era de esperarse mi presencia llamó la atención de alguien más. Rápidamente puse mi mirada frente al individuo que me esperaba en un completo silencio; él estaba solo, ni sirvientes, ni mis hermanos, mucho menos el Duque y la Duquesa estaban presente. ¿Qué era lo que estaba pasando? pensé curiosa por la ausencia de todos ellos. El chico velozmente se puso de pie mientras que yo continuaba caminando en compañía de la silenciosa princesa. 

¿La villana ha cambiado? [I]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora