Parte 4

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Ese pequeño pueblecito en Italia se volvió especial para la pareja, todo era tan relajante y acogedor que se sintieron seducidos por la tranquilidad del lugar. Habiendo muchas actividades que hacer, Louis y Harry pasaron todo ese tiempo juntos. 

Era entretenido en algún punto, Harry no se sentía tan atacado por las dudas y se permitió disfrutar del hermoso sitio en el que estaban.  Louis no llevó nada de trabajo, por lo que se vio en la obligación de estar todo el tiempo con el Omega. 

Pero su esposo era bastante interesante y fácil de tratar, su felicidad era contagiosa. Siempre parecía estar de buen humor que de alguna forma mantenía a Louis calmado. 

Algunas veces se quedaban en la cabaña a disfrutar de las tardes echados en el sofá o en el piso mientras compartían una copa de vino, otras veces salían a pasear y tomaban algunas fotos para mandárselas a su familia y tal vez hacer de ellas un álbum de fotografías. O simplemente quedarse en la cabaña y hacer nada.

Estaban enamorados del pequeño lugar y cuando llegó el momento de partir ambos se sintieron tristes, porque realmente disfrutaron el tiempo que estuvieron ahí. Incluso encontraron en las personas que por accidente se toparon en unos amigos en quien confiar.

—Realmente no nos podemos quedar una semana más—pregunta el Omega subiendo sus maletas al auto. 

Louis lo ayuda con las que faltaban mientras niega con pesar. 

—No podemos, tengo que asistir a una junta mañana temprano. Lo siento. 

Harry suspira y asiente con una mueca en el rostro, el día que temía que llegara lo hizo demasiado pronto. 

—No pasa nada, fue hermoso mientras duró, pero deberíamos regresar alguna vez. 

Louis tararea de acuerdo. 

—Podemos volver en Navidad, como excusa de unas vacaciones para escapar de las obligaciones. ¿Te agradaría volver?—pregunta con una sonrisa. 

—Suena a un buen plan, podemos volver en Año Nuevo para estar con nuestras familias —comenta emocionado por la idea de volver, aunque falten como diez meses para que llegara la Navidad. 

Con esa idea en mente partieron de Italia hasta llegar a Londres. Harry observaba desde la ventana como llegaban a una casa enorme, mucho más que la cabaña en Italia, era como una fortaleza. 

—¿Vamos a vivir ahí?—señala Harry intentando recobrar el aliento. Louis asiente disfrutando de la reacción de Harry.

Cuando las puertas de la entrada se abren Harry jura que se va a desmayar, la casa era solo el inicio, porque los jardines y la cantidad de flores y fuentes que la propiedad poseía eran innumerables.  

Mia estaba parada en la puerta con su esposo y varias personas que no había visto en la boda, Louis lo ayudó a bajar del auto cuando se estacionaron en la entrada. 

—Bienvenido a mi humilde morada—exclama Louis con una sonrisa ganándose de parte del Omega una mirada que decía "¿es enserio? No me digas" provocando que le muestre una sonrisa pequeña.   

—Harry, Louis bienvenidos nuevamente a casa—habla Mia acercándose a ellos con los brazos abiertos para envolverlos en ellos y darles besos en las mejillas. 

—Gracias mamá, pero te agradecería que dejaras de apretujar a mi esposo. 

Mia asiente y suelta a Harry antes de recuperar la compostura y agarrarle las mejillas para mirarlo a los ojos directamente. 

—Hermosos, como una suave brisa de verano—comenta la Omega antes de soltar sus mejillas—Bienvenido a casa, Harry. 

Harry se mordió la mejilla internamente al escuchar esa palabra, pero olvidó todo eso y le sonrió a la mujer mayor de ojos igual de azules que Louis. 

Long Way From Home ||Larry||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora