Parte 17

381 57 55
                                    

En la mañana cuando Harry se fue a la universidad, con una sonrisa en el rostro porque tanto Louis como William se encargaron de darle muchísimos besos y mimos que se fue satisfecho y de buen humor, Louis se sentó en la sala a revisar los emails que Liam le envió hace unos minutos y cuando termina contesta unos mensajes de su madre.

Extrañaba a Mia, ella se fue de Londres por un tiempo porque su actual pareja estaba atravesando por un momento delicado de salud y ella quiso estar a su lado. Sabía que estaba enamorada de Gabriel, tanto que se casó de nuevo, y eso le hacía feliz. Su madre merecía darse una nueva oportunidad, era su referencia de un nuevo comienzo; uno feliz y lleno de dicha.

Esperaba que Gabriel se recuperara pronto, le había tomado cariño y lo echaba de menos y a su madre también. 

Le envió una respuesta y tras haber tomado su desayuno se fue a trabajar. Iba a ser un largo día, seguramente. 

A veces era demasiado pesimista para su gusto, no comprende cómo fue que sacó adelante su empresa con ese tipo de pensamiento. Pero recuerda no ser así de pequeño, a pesar de la pésima relación que tuvo con su padre, él recuerda haber sido un niño carismático, ruidoso y muy alegre. En el fondo seguía siendo así, solo que no lo recuerda.

Con un gran suspiro y la esperanza puesta en que ese día lograrían solucionar ese problema, cruzó la puerta de su empresa y saludó levemente a quienes se cruzaban en su camino hasta llegar a su oficina donde Liam estaba esperando por él junto a su secretaría.

La mujer comenzó a decirle lo que tenían agendado para hacer ese día y le pasaba el reporte de ayer para que lo revisara. 

—¿Qué te dijo el abogado, Marian?—pregunta firmando un documento que Liam le extendió y se lo vuelve a entregar.

—Dijo que no iba a poder venir, pero que enviaría a otro abogado que es de suma confianza y muy eficiente, señor.

Louis asiente.

—¿Cómo se llama el abogado?—pregunta encendiendo su computadora.

Marian revisa en su agenda donde tiene apuntado el nombre rápidamente.

—Albert Selley, señor.

—De acuerdo, cuando llegue lo haces pasar, gracias Marian puedes retirarte por ahora. 

La muchacha sale de la oficina y Louis comienza a trabajar junto con Liam, siguieron con la revisión de papeles y documentos de la revisión de impuestos.

—¿Quién es Morgan Anderson, Liam?—pregunta un tanto frustrado—¿Cómo no nos dimos cuenta de este error? En diez años nunca nos dimos cuenta de esto.

—Lo sé, pero si te das cuenta no fue de inmediato. Pasaron unos tres años antes de que todo comenzara a ser considerado un fraude. Y esta persona en cuestión redirigió el dinero de los impuestos a esa cuenta, lo que supongo alertó al gobierno de "actividad ilícita".

Louis suspira, mordiendo la punta de su pluma.

—Solamente espero que el abogado y el fiscal puedan ayudarnos, de otra manera tendremos que cerrar la empresa y no quiero ni imaginar el escándalo que hará la prensa de eso.

—Solo nos queda confiar en que será así y seguir trabajando para solucionarlo lo antes posible.  

Tres horas más tarde, Marian entraba en la oficina acompañada de un Alfa de porte serio, elegante e imponía una presencia poderosa.

Louis lo saludó y a medida que el abogado hablaba y le explicaba las posibles soluciones legales que podrían haber, más se sorprendía de su capacidad y entrega al trabajo.

Long Way From Home ||Larry||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora