Parte 22

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‹A veces en la vida, mi pequeño, vas a necesitar ser imparcial ante situaciones que pueden lastimarte, incluso hacer que te sientas molesto. Si se te presenta una situación parecida, entonces lo único que tienes que hacer es guardar silencio y escuchar.›

Louis intentaba seriamente querer escuchar a su nana y a su madre, pero las dos se pusieron a hablar al mismo tiempo logrando confundirlo más de lo que ya estaba. Le dolía la cabeza y esperaba poder descansar al llegar a su casa, pero todo parecía indicar que debía posponer sus planes.

Mia y Minerva dejaron de decirle cosas a gritarse entre ellas.  

—Suficiente las dos, por favor. Cálmense y comiencen a explicarme lo que está pasando aquí.  Mamá, empieza tú. 

Louis se levanta del sofá y se acerca al bar para tomar una botella de agua y dos pastillas para el dolor que estaba martillando su cabeza. Mia observa con preocupación a su hijo, pero por el momento le diría la verdad para acabar con esto de una vez por todas.

—Hijo, hay algo que debes saber. Es algo muy importante que lo sepas y probablemente no te va a gustar. 

El Alfa asiente y regresa a sentarse nuevamente para escuchar lo que sea que iba a decir su madre. Poniendo sus sentimientos de lado y centrándose en las actitudes y palabra de su progenitora.

—Es mejor saber una verdad dolorosa, a vivir en una mentira. Entonces, puedes decirme lo que sea, mami—intenta tranquilizarla, mostrándole una sonrisa pequeñita, aunque él estaba muy lejos de sentirse tranquilo.

—Desde hace mucho tiempo he venido teniendo sospechas de Minerva, entonces para sentirme libre de cualquier duda he contratado a una persona que la investigue y con algo de ayuda de maravillosas personas pude confirmar mis sospechas—comienza Mia, acercándole las pruebas que reunió y que inculpaban a Minerva—Y a medida que pasaba el tiempo me fui dando cuenta de que ella no es quien dijo ser, pero esto no se termina aquí. 

Ella le pasa un folder con información relevante que Louis abrió con el ceño fruncido y se frunció más al ver el nombre de su empresa y documentos vitales que hacían falta y que llevaba buscando hace semanas. Lo preocupante no era eso, no, lo preocupante eran los documentos que evidenciaban el desvío de fondos desde hace más de diez años bajo el nombre de Morgan Anderson.

—¿Qué es esto? ¿Qué significa esto, Minerva o debería decirte Morgan?—pregunta cerrando el folder de golpe, sintiendo el horrible sentimiento de la traición recorrer su cuerpo.

—Sé que esto se ve muy mal, pero todo tiene una razón de ser.

—¿Una razón de ser? Que me estés robando tiene un porqué, entonces. Me encantaría escucharte. 

—Lo hice por tu bien, Lou.

Louis quería llorar.

—¿De verdad? Robarle a quien te dio de comer, que te acogió durante muchísimo tiempo, a quien confió en ti y en tus palabras es la peor forma de demostrarle cariño a alguien—dice Mia porque Louis seguía asimilando la información—Mucho peor meterte en relaciones que no son tuyas, para tu propio beneficio e interés.

Y apenas Mia termina de decir eso, Louis cae en cuenta de lo grave que era la situación.

—No puede ser, no puede ser—dice frotando su rostro entre sus manos, sintiéndose más frustrado que antes—¿Es cierto? ¿Arruinaste mi vida por interés?—pregunta dolido, Minerva niega todo y Mia se molesta mucho más.

—Ya no tiene caso que lo sigas negando, solo dímelo. ¿Tuviste que ver algo en la pelea que tuve con Harry? Sí o no.

—No.

Long Way From Home ||Larry||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora