Parte 25

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Apenas sintieron que los rayos del sol se asomaban por la ventana y se filtraba entre las suaves cortinas chocando contra sus rostros provocando que se removieran en la cama para poder seguir durmiendo un ratito más. 

Se despertaron cuatro horas más tarde cuando un muy emocionado Clifford entró corriendo a la alcoba y se subió a la cama directamente a lamer el rostro del Omega. Harry suelta una risita cuando siente la lengua del animal sobre su mejilla y en el proceso despiertan a Louis por el pequeño alboroto que estaban armando en ese momento.  

Cuando el cachorro se dio cuenta que despertó a su otro dueño, dejó un último beso en la mejilla de Harry, para irse con Louis y saludarlo también. Harry simplemente se rio de la cara de disgusto que puso el Alfa.

—Interesante forma de despertar—comenta el Omega apoyándose en la cabecera de la cama. 

—¡Omega!—le reclama Louis riéndose también—Se supone que lo estuve entrenando para que no hiciera exactamente esto.

—Es un cachorro, Lou, hará lo que le de la gana al menos por un tiempo—dice Harry acariciando tras su oreja porque le gustaba mucho.

—Eso me temo.

Harry vuelve a reír suavemente y dejar un besito en la cabeza de su cachorrito.

—A todo esto, qué hora es?—vuelve a decir Louis, volviéndose hacia la mesita de noche para agarrar su celular y fijarse en la hora—Son las doce del mediodía, Hazz. 

—Es domingo, está bien, es justificable—dice el Omega poniéndose de pie para caminar hasta el baño de la habitación.

—¿Quieres desayunar?

—Sería lo ideal, tengo hambre y puede que tú igual.  

Louis sonríe y se pone de pie para ir a su habitación y ponerse algo de ropa casual. Toma un suéter y un pantalón que Harry dejó y que se quedó, camino de regreso a la habitación donde durmieron para dejarla sobre la cama. 

—Hazz, estoy bajando a la cocina y te dejé ropa sobre la cama por si te quieres cambiar de ropa.

—Está bien, Lou, bajo en unos minutos. 

Louis murmura un "okay" y como le dijo a Harry bajó a su cocina y buscó recetas para desayunar sencillas, cuando encontró una receta de panqueques se puso manos a la obra. Puso su tableta en su base y comenzó a buscar los ingredientes para comenzar iniciando el vídeo que encontró como referencia.

"Agregué 190 gramos de harina de trigo"

—¿Cuántos son 190 gramos?—dice sosteniendo el empaque de la harina entre sus manos intentando calcular en su mente—Si esto es un kilo, esto debe ser 190 gramos.

Puso la harina en un bol, sin importarle si puso la cantidad correcta o no, le puso el polvo de hornear, la sal, el azúcar, la mantequilla derretida y cuando estaba por poner la leche escucha que dice "añada 225 mililitros de leche entera y media cucharadita de esencia de vainilla" y todo se fue al demonio.

—¿Cuántos son 225 ml de leche?—dice rascando su cabeza en señal de estrés y como no sabía cuánto era exactamente media cucharadita echó una cuchara sopera de esencia y comenzó a mezclarlo todo con "movimientos envolventes".

A todo esto... ¿Qué demonios son los movimientos envolventes?

Cuando su masa estuvo lista, puso sobre la cocina una sartén y comenzó a cocinar su desayuno. Sin saber que otra batalla estaba por iniciar. 

Harry bajó las escaleras tras haber tomado un baño, listo para tener un lindo día cuando se lleva el susto de su vida al ver humo salir de la cocina. Se apresuró a llegar y ver que estaba pasando, cuando abrió la puerta se encontró con desastre y al protagonista del mismo intentando salvar lo que suponía iban a desayunar.

Long Way From Home ||Larry||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora