Parte 5

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La semana siguiente, Harry se iba acostumbrando a la idea de que su vida era completamente distinta y estaba bien con ello. Con Louis tenían una especie de rutina a la que se estaban acostumbrando y consistía en levantarse temprano por las mañana y tomar el desayuno juntos, luego se alistaban para ir al trabajo y Louis pasaba a dejarlo antes de tener que irse al suyo. No se veían en el almuerzo, pero sí el Alfa pasaba por él y algunas veces salían a cenar. 

Que estén casados, pero no enamorados, no significa que debían ignorarse el resto de su vida. 

Alrededor de las cinco de la tarde, Harry alistaba un pedido que después vendrían a recoger y se podría ir. La señora Huron confiaba mucho en él como para dejarle la florería a cargo, entonces recibía llamadas todo el día y atendía el negocio como un profesional. Sabía perfectamente el significado de cada flor, como si fuera un experto en el campo y eso le encantaba a su jefa. 

Teniendo listo el buque de flores, los puso en un jarrón con agua para que no se marchitaran demasiado pronto y se puso a hacer los pedidos que restaban, con calma. Era una corona de cortejo, Harry le sonrió a la corona, que afortunada es la persona a la que iban a cortejar. 

Estaba terminando un pedido más cuando la campanilla de la entrada le anuncia que hay nuevos clientes, así que se apresura a guardar la corona en una caja con el logo de la florería y la pone junto a los demás pedidos. Sale al mostrador con una sonrisa amable en el rostro, encontrando a una pareja detrás observando el lugar antes de notar la presencia de Harry. 

—Buenas tardes, bienvenidos a La Belle Fleur, ¿puedo ayudarles en algo?—dice manteniendo la sonrisita amable en su rostro. 

—Sí, mi prometido y yo vinimos a recoger la corona de cortejo, por favor—responde el hombre extendiéndole el recibo, Harry la toma mientras asiente y va por el pedido. 

Ignorando por completo la mirada asesina que tenía el Omega puesta en Harry. 

—Dijiste que la dueña de la tienda era Beta—reclama bajito el Omega—definitivamente quien atiende la tienda no es una mujer y es un Omega, tú no lo viste pero yo vi como te sonrió. 

Al hombre parecía divertirle los celos de su prometido, así que lo estrechó entre sus brazos y dejó un beso en su frente cuando Harry volvía con la cajita en sus manos. 

—Aquí la tienen, pueden verificar por ustedes mismos que están en un buen estado—habla distraído de lo ojos escrutiñadores del hombre más bajito—también les entrego estas flores de cortesía, su recibo y esperamos que vuelvan pronto—termina sonriéndoles—¿Tienen alguna pregunta?

—Sí, podrías dejar de mirar tanto a mi Alfa y de sonreírle, es molesto.

Harry suelta una risita por los celos innecesarios del Omega. 

—No hay necesidad de sentirse amenazado, joven, soy casado y claramente ambos están formando un lazo—responde con claridad, viendo como el chico se ruboriza pero no quita el ceño fruncido de su rostro. 

—¿Realmente?—insiste—¿Quién dices que es tu esposo?

Louis carraspea llamando la atención de los presentes, sintiéndose extrañamente contento de que Harry defienda su estatus y que mostrara sus argollas en el dedo anular,  el Omega celoso se altera anticipadamente al ver de quién se trataba.

—Ese vendría siendo yo—comenta divertido, Harry le sonríe y se cruza de brazos, la situación era divertida y extraña. 

—¡¿Tú esposo es Louis Tomlinson?!—pregunta entre sorprendido y alterado. 

—Mhm, lo es, sí. 

El Omega sale de ahí sin decir nada más, su prometido suelta una risa incómoda y va detrás de él. Sin antes disculparse por el comportamiento de su Omega y saludar a Louis, dejándolos solos y con una sonrisa apenada se va. 

Long Way From Home ||Larry||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora