No sé cómo llegué a casa. Hubo voces, las de Liam y Emilio, y estaban discutiendo sobre quién podía conducir y quién tenía que retenerme en la parte trasera del auto. Recuerdo querer abrir los ojos para poder verlos pelear.
-Soy el prometido. No hace falta decir que debería abrazarlo. Después de todo, solo serás el hermano cariñoso, ¿no?
-Si no te callas y conduces, llamaré a Ethan para verte actuar como un prometido
-Vete a la mierda, Emilio.
Uno de ellos debió haber ganado, porque unos brazos fuertes me llevaron y luego me sumergí en ese aroma y calidez de canela. Estoy medio aturdido, flotando, y todavía lo huelo, lo siento, lo anhelo en secreto.
¿Qué está mal conmigo?Sus dedos acarician mi cabello hacia atrás, luego sus labios están en mi nariz, mi sien. Me está calmando, susurrando palabras que no puedo descifrar.
Y probablemente así es como me rindo a la oscuridad de nuevo. Entro y salgo como si no pudiera quedarme en un lugar por mucho tiempo.
Cuando vuelvo en sí, hay diferentes voces: papá y Helen. Estoy en mi cama; Lo reconozco por el aroma floral y la textura. Emilio dice algo acerca de que me desmayé porque no comí mucho. Imbécil.
Se las arregla para escaparse de todo de la forma que le plazca. No es que quiera que nadie sepa lo que pasó. Ya es bastante malo que Liam y Michael nos hayan descubierto.-Todo esto se debe a la influencia de Cynthia y todas las dietas. -Papá suena enfurecido como si estuviera a punto de irrumpir en su piso y comenzar una pelea de la nada.
-Tómatelo con calma, Sebastian. -El tono tranquilo de Helen lo tranquiliza, y a mí, un poco.
Dice que me traerá algo de beber y que todo estará bien. Que se calmen todos.
No abro los ojos, incluso cuando parte de mi energía vuelve a llegar. Mirar a papá y lo que he hecho es lo último que quiero hacer. Además, no quiero ver la cara de Emilio. Escuchar ese tenor bajo de su voz cuando le dice a papá que no era mi intención morirme de hambre y que podría estar estresado ya es demasiado para manejar.Esta vez, rezo por la inconsciencia. Quiero desaparecer de este mundo y despertar de alguna manera en uno en el que no me sienta como si hubiera matado a algunos cachorros.
Helen me limpia las manos con un paño húmedo que huele a jazmín. La sensación de adormecimiento me hace sentir sereno, casi en paz. Ella de alguna manera hace salir a papá y Emilio, y ahí es cuando me rindo al negro detrás de mis párpados.
Sueño con voces. Al principio es la voz de mi madre diciéndome que soy una decepción y que no fue en lo que me educó para convertirme.
En el fondo, sé que es la culpa la que habla, pero no puedo evitar las lágrimas que corren por mis mejillas. Soy ese niño de siete años de nuevo con mi overol, y mi broche de mariposa corriendo por la calle y llorando.-¡Papá! ¡Mami! Lo siento mucho. Regresen, por favor.
No lo hacen. Continúan caminando en diferentes direcciones. Me quedo en medio de la calle, sin saber a cuál seguir. Mis pies están congelados. Mi corazón palpita más rápido con cada segundo que pasa.
-¡Mami! ¡Papá!
No se dan la vuelta ni me reconocen. Simplemente continúan, avanzando más con cada respiración.
-¿Quieres ayuda, hermoso mío?
Mi cabeza se gira ante la voz suave. Tyler. Es grande, como en la vida real, y lleva su camiseta de rugby. Sonríe mientras un rastro de sangre brota de sus dientes y luego baja por su barbilla.
-M-mantente alejado de mí. -Doy un paso atrás. Él interviene.
La sangre ahora gotea por su camiseta azul y sus pantalones cortos blancos. Su sonrisa se ha vuelto roja y sus ojos están camuflados en sombras.
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CRUEL
FanfictionHay un chico, hermoso, popular, falso, y mi obsesión. Mi culpa. Probablemente mi condenación. ¿Eso me detuvo? ¿Me importa? No y no. Hay una línea entre el bien y el mal, moralidad e inmoralidad. Y luego está él. Él dice que me odia, digo que lo odio...