17. JOAQUÍN

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Se supone que debo tomar una ducha rápida y unirme a papá y su equipo. Van a discutir la estrategia y yo quiero estar ahí.

En el momento en que estoy debajo del rocío del agua, empiezo a pensar. Eso es lo que hago cuando estoy en la ducha, pienso. Mucho. personas cantan, pero yo me convierto en un maldito paquete de pensamientos. Tal vez sea el chorro de agua o la paz del momento, pero siempre me empuja a pensar de nuevo en mis decisiones y elecciones. Es mi segundo lugar favorito después del parque. Paz, limpieza y claridad mental. Solo que no está claro. Una cosa sigue viniendo a la mente... esos ojos oscuros, su voz y la autoridad en ella.

"Termínalo."

Que se joda, no lo terminé. Liam y yo estamos del mismo lado. Mientras siga beneficiándolo, él hará lo mismo. Incluso visité a cierto chico que le ha estado escribiendo cartas de amor. A Emilio, no Liam. ¿Quién diablos sigue escribiendo cartas de amor? ¿Es de hace un siglo o algo así? De todos modos, le dije que tiene una condición, ya sabes, como una condición del pene. El chico piensa que no puede levantarlo. Solo quise decir que es un idiota, pero bueno, mientras funcione, no me quejo. Luego me sorprendí sonriendo cuando el chico se alejó, pensando que nadie podría ver su pene de todos modos. Fue entonces cuando me di cuenta de que me estaba desviando de nuevo. Estoy saboteando cualquier parte de relación que tenga con el sexo. Me está haciendo perder la cordura junto con mi mejor juicio. El imbécil. Y, sin embargo, las únicas imágenes que siguen reproduciéndose en mi cabeza son las de ayer. Yo contra la mesa mientras me bajaba la ropa interior.

Mi mano se desliza por mi estómago y termina en mi pene. Estoy duro y mojado y no es solo por el agua.
Una respiración superficial me abandona mientras acaricio la punta con mis dedos. Todavía estoy sensible y un poco dolorido. Recuerdo la forma en que me azotó mientras me sujetaba por la nuca. Tomó mi voluntad, mi elección, y mi pene se endureció aún más por él.
Mis pezones se tensan, dolorosamente, cierro los ojos y giro la cabeza hacia atrás. Giro un brote apretado entre mis dedos y tiro de él. Un gemido intenta escapar, pero lo atrapo como lo hice cuando él me estaba tocando. Sus manos, cuerpo y pecho me cubrieron por completo hasta que fue todo lo que sentí.
Recuerdo la primera vez que empujó dentro de mí, la fuerza de la misma, subo y bajo mi mano alrededor de mi pene, me imagino que es él, tocandome, susurrándome palabras sucias al oído, diciéndome que soy suyo, y mi ritmo se acelera. Mis embistes se vuelven más duros y me lastimo el pezón, pellizcándolo con las uñas hasta que grita de dolor.

Me he tocado antes y él siempre ha sido la imagen que imaginé. Él semidesnudo junto a la piscina. Él sudoroso, desaliñado y malditamente delicioso después de la práctica. Él corriendo y anotando y siendo un dios en el campo.
Pero nunca quise infligir dolor con eso.
Después de ayer, eso es todo lo que quiero. La leve punzada de dolor que acompaña al placer. El poder que viene con estar completamente a su merced.

Muevo mi mano más rápido, mis gemidos llenan el silencio del baño. Oh, Dios.
La fuerza de lo que sea que se está formando dentro de mí me asusta incluso a mí. Me tiemblan las piernas y mi pobre pezón suplica que lo saque de su miseria. Mis ojos se mueven hacia atrás, lo que hace que mis párpados se abran un poco. Ahí es cuando veo a alguien. No. No es alguien.
Él. En medio de mi baño.

Por un momento, creo que es una manifestación de mi imaginación. Que de alguna manera pensé en él lo suficiente y logré darle vida en formato 3D. Pero luego se registra el resto de la escena. Está desnudo. No hay una sola prenda que cubra su cuerpo.
Siempre me he preguntado cómo se vería desnudo y se me escapaba todo el tiempo. Y ahora, ahí está, en toda su gloria. Emilio no es tan musculoso como Xander. Es más delgado y tiene una belleza tranquila. Incluso su pecho ancho y su paquete de seis parecen recatados de una manera irresistible.
Debido a que juega al fútbol, sus muslos y piernas largas son poderosos y tensos. Los músculos de su pecho se contraen con la forma en que su mano agarra su pene.

CRUELDonde viven las historias. Descúbrelo ahora