23.

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Aunque no quiso aceptar, gracias a Louis, obtuvo una licencia por cinco meses en el trabajo, ya que era el tiempo en el que su tratamiento duraría. Estaba por finalizar la semana y los días anteriores fueron usados para organizar todo, además de haber buscado un nuevo psicólogo, el cual lo ayudará a diagnosticarle el mejor tratamiento posible.

Lo único que aún le generaba algo de ansiedad era el hecho de no haber visto al moreno desde el lunes en que tuvieron aquella discusión y dijo esas cosas que lamentablemente no pudo prever.

El moreno le había llamado el día miércoles por la noche, diciéndole que no podría verlo hasta el domingo por la noche ya que quería hablar personalmente con él sobre cómo estaría su relación desde el altercado hasta el día de la fecha y hoy ya era el día. Hoy tenía que verlo y sinceramente sentía muchísimos nervios por todo lo que podría suceder.

Estuvo pensando mucho durante los días que pasaron y aunque al principio se sintió sofocado, confundido en negación por el tema del tratamiento, sabía que era lo que necesitaba; si él no estaba bien, no podría estar cerca de Zayn si una parte suya aún no perdía aquel resentimiento hacia el azabache.

Él debería recuperarse y superar lo que pasó antes de querer continuar.

Terminó de tomar un café, de los últimos que podría tomar, cuando su teléfono sonó y vió el nombre del moreno en la pantalla; se tomó un buen respiro antes de tomarlo y contestar.

— Zayn.

Liam, Hola. — la voz de Malik salió algo rasposa. — ¿Recuerdas que hoy debíamos vernos, verdad?

Asintió aún cuando sabía que no podría verlo.
— Claro, ¿Eso sigue en pie?

Por supuesto. Yo quería preguntarte si podíamos vernos, si no te molesta, en nuestra casa.

— Eh... Si, claro, no hay problema con eso. ¿Quieres que salga para allá ahora?

Si, por favor. Yo estoy por salir para allí ahora.

Bien, entonces te veo en unos momentos, Zee.

Correcto. Entonces ahora te veo.

Correcto.

La llamada finalizó y sintió algo difícil de describir en su pecho. Había algo que no estaba bien, un mal presentimiento. De igual manera, prefirió no hacerse la cabeza con cosas innecesarias y se apresuró a salir de la casa para subir a su auto y conducir a aquella dirección.

[...]

En cuanto visualizó la casa frente a él, pudo observar al azabache parado a un lado de su auto, esperando por él; después de estacionar frente a la casa, dió un largo suspiro para luego bajarse y caminar los pocos pasos que lo distanciaban del menor.

— Hola, Zee. — dijo por lo bajo mientras observaba la apariencia algo extraña del moreno; no solía vestirse con ropa holgada, pero aún así, allí estaba con unos jeans mezclilla, una sudadera negra que por lo menos le llegaba a los muslos y con la capucha puesta.

— Liam, hola. — repitió el mismo saludo de cuando hablaron por llamada. — No quise entrar hasta que tú estuvieras aquí. — explicó ladeando la cabeza.

— ¿Llegaste hace mucho?

Negó mientras jugueteaba con sus dedos.
— Solo cinco minutos, ¿Entramos?

— Claro. — respondió sacando las llaves al mismo tiempo que el azabache sacaba las suyas propias.

Al entrar se sorprendió bastante al ver que el ambiente era completamente diferente a la última vez que estuvo en el lugar. Todos las mantas blancas que cubrían el amueblado habían desaparecido, el piso lustrado y se demostraba haber hecho una profunda limpieza.

¿Can I hold you again? (ZIAM MAYNE)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora