¿Can I hold you again? (ZIAM MAYNE)

Final.

— Dime qué no es cierto, Liam. — exclamó con diversión el ojiazul mientras limpiaba sus labios de los cuales había escapado la bebida al carcajear sorpresivamente por las palabras del castaño.

Payne rodó los ojos divertido mientras terminaba de limpiar sus manos.

— Fue así como pasó, lo juro. — respondió levantando sus manos y alzando sus cejas.

Otra carcajada del ojiazul resonó en la cocina hasta que se calmó y carraspeó su garganta.
— ¿Has pensado en como se lo pedirás y cuando? — preguntó entonces tomando la lata en su mano derecha y llevandosela a los labios.

Negó.
—Aún no, creo que se lo pediré mañana por la noche, pero no estoy seguro de si hacerlo frente a todos en la cena o cuando estemos a solas. — respondió sentándose frente al castaño. — ¿Tu qué piensas?

Encogió sus hombros.
— Podría darte ideas, pero yo no seré quién le pida matrimonio, solo tú sabrás cómo hacerlo de la mejor manera, Payno. ¿Estás seguro de esto? Solo ha pasado un año desde que han vuelto a estar juntos.

—Por supuesto que lo estoy, ya hemos estado viviendo juntos desde hace ocho meses y todo ha ido bien.

Louis asintió lentamente para después sonreírle mientras le veía fijamente.
—Espero que todo te salga bien entonces, Payno.

En ese momento, escucharon un agudo lloriqueo y luego unos murmullos provenir desde la sala para después las pisadas rápidas en los escalones.

Liam sonrió soltando un suspiro mientras se ponía de pie.
—El pequeño Ed ha despertado de su siesta. —dijo mientras seguía a Louis quien no dudó en salir de la cocina para esperar a su esposo y a su pequeño hijo recién nacido.

Edward William Styles Tomlinson tenía a penas un mes y dos semanas de nacido, en el cumpleaños de Louis, fue Harry quien le sorprendió con el mayor y más preciado regalo, el cual era una prueba de embarazo y la noticia de que él se había encargado de buscar a una chica que alquilará su vientre para poder darles a su hijito.

El rizado bajó las escaleras con cuidado mientras traía a su bebé en brazos, seguido por un moreno quien traía el bolso con el neceser de su ahijado.

— Tranquilo, mí amor, ya está, ya te daré tu alimento. —dijo el ojiverde una vez que bajaron.

— ¿Tiene hambre, amor? — cuestionó el castaño acercándose a ellos.

— Mí Eddie quiere tomar leche, Lou. ¿Puedes prepararle el biberón?

— Por supuesto, mí vida.

Zayn estaba a su lado acariciando la regordeta mejilla del menor.
— Bebé precioso, tu papá Louis te traerá tu comida, ya no llores, ¿Si? Bebito lindo. — siguió mientras tomaba la pequeña manito del bebé.

Liam amaba cuando veía a Zayn tan entusiasmado con el pequeño, le hacía crecer esa ilusión y le hacía creer que ellos también podrían tener el suyo propio, aunque faltará para ello.

Malik se había vuelto loco con el pequeño, no pasaba un día en el que no visitará a Harry desde muy temprano para ver al bebé y se había tomando muy en serio su labor como padrino del menor.