24.

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Desde aquel día en el que tuvieron ese encuentro en su antigua casa, no había vuelto a ver a Zayn y aunque le dolía el hecho de que se habían distanciado, necesitaba, como el moreno le había dicho, enfocarse en su propio bienestar. El tratamiento comenzó hace ya mes y medio, la psicoterapia estaba dando resultados positivos; los medicamentos recetados eran los antidepresivos; y los ansiolíticos fueron reemplazados por estabilizadores del estado de ánimo, los que ayudaban bastante a mantenerlo relajado y sin cambios de humor drásticos. Los antipsicóticos fueron rebajados a dosis menores, lo que quería decir que su trastorno no se había descontrolado como se pensaba. La psiquiatra Morris, era de bastante ayuda también, ya que sabía justamente qué temas tocar en profundidad. Su hostilidad había menguado, ahora podía hablar con más claridad y sin tantos problemas sobre lo que le pasaba. Contar todo lo que le sucedía fue bastante complicado al principio, sin embargo, fue Morris quien le brindó absoluta y genuina confianza para poder llevar a cabo su recuperación.

Las psicoterapias eran diarias y no le hacía falta internarse, solo con hacer las dos horas diarias bastaban, por lo que después tenía el día libre, entonces había decidido ir a la empresa y hablar con Louis, para retomar el trabajo. Tenía el argumento de la psiquiatra, quien le recomendó seguir con su vida normal y en ello entraba su empleo, volvió al gimnasio para filtrar su ansiedad en ejercicios.

Hoy era miércoles y había vuelto de la sesión hace unos momentos. Sus padres claramente no se encontraban en casa, así que decidió tomarse sus vitaminas y luego salió de casa para subir a su auto y manejar hacia la empresa.

En cuanto llegó al piso correspondiente, fue saludado por las secretarias, Lisa, se puso muy contenta al verlo, mostrandose genuinamente alegre y preguntándole cuando volvería.

— Espero poder volver en estos días. — respondió con una sonrisa antes de seguir su camino hacia el despacho del jefazo.

Golpeó dos veces antes de recibir el "adelante" de la voz aguda del ojiazul, entró con una pequeña elevación de las comisuras de sus labios pero rápidamente se desvaneció cuando vió que Louis se encontraba acompañado por un rizado ojiverde el cual le dió una rápida mirada antes de volver a girarse. Louis, en cambio, le mostró una de sus preciosas y brillantes sonrisas cuando se levantó.

— ¡Payno! Ven, pasa. — invitó señalando el sillón  a un lado del rizado.

Asintió respirando hondo y haciendo lo pedido, estaba algo incómodo ya que no veía al rizado desde hace semanas y lo último que supo de él fue que estaba enojado por lo que le había dicho al moreno.

— Hola, Harry. — saludó con algo de timidez.

El ojiverde giró un poco su rostro, ladeando la cabeza y él realmente creyó que lo ignoraría, sin embargo, se calmó cuando le respondió:
— Hola, Liam. ¿Como estás? ¿Tu tratamiento va bien? — entonces se relajó y mostró una pequeña sonrisa.

— Estoy bien, Harry. El tratamiento está dando buenos resultados, gracias por preguntar. ¿Tu estás bien?

Asintió.
— Es bueno saber que está dando resultados. Yo estoy bien, solo un poco preocupado y triste por-...

— ¡Harry!, ¿A qué hora tenías que volver al trabajo? — intervino inmediatamente el castaño en un tono más alto.

Frunció el ceño y se fijó en la hora para después abrir sus ojos en sorpresa y ponerse de pie.
— ¡Debí volver al trabajo hace diez minutos! ¡Estoy llegando tardísimo! ¡Debo irme! — chilló para luego salir despidiéndose vagamente de los mayores.

Frunció el ceño volviendo su vista de la puerta hacia el ojiazul quien se acomodó el traje soltando un suspiro mientras negaba.
— ¿Preocupado y triste por quién? ¿Por qué le interrumpiste? — cuestionó, no era tonto y había pillado al instante la interrupción de su amigo.

¿Can I hold you again? (ZIAM MAYNE)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora