28.

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La cirugía estaba llevando más tiempo del acordado, las dos horas se pasaron a tres y en la sala de espera se sentía una insoportable tensión en el aire.

No podía dejar de dar vueltas de un lado a otro, no tenían respuestas. No había salido nadie del quirófano para decirle como iba el proceso y eso sólo le provocaba más ansiedad.

Minutos después de haber seguido sin noticias, el cirujano salió, acercándose a ellos.

Su corazón comenzó a latir con fuerza mientras sentía que sus piernas y manos temblaban.

La cara del doctor solo le producía más incertidumbre, algo había salido mal.

— ¿Doctor, cómo está Zayn? — preguntó tragando sonoramente saliva.

El cirujano bajó la mirada unos segundos antes de volverla al frente.
— La cirugía se complicó, el paciente sufrió una hemorragia. Lo siento mucho, hicimos todo lo que pudimos.

Sus ojos se humedecieron y negó, no iba a creer eso. No podían decirle eso.
— No... Él, él tiene que estar bien. Mí bebé prometió quedarse conmigo. — murmuró para luego soltar un sollozo.

— Lamento mucho su pérdida, él luchó hasta el final. Pero no pudimos hacer nada más.

— No...

— Ha muerto.

Entonces se despertó.

Su corazón a punto de salirse de su pecho, su boca se encontraba seca y su frente estaba perlada por un leve sudor. Observó su alrededor, aún algo adormilado, por lo que tuvo que refregrase los ojos, quitando algunas lágrimas que se habían escapado durante el sueño y supo que ya había amanecido.

Había sido una pesadilla, una horrible y dolorosa pesadilla.

Sus nervios estaban a al borde del límite, retrasaron la fecha de la cirugía ya que Zayn debía recuperarse completamente antes de ser intervenido quirúrgicamente, porque después de las quimios, no se encontraba en condiciones para ello.

Se levantó y como cada día comenzó su rutina, se duchó, desayunó y luego salió a la empresa.

Después de haberse enterado de la enfermedad de Malik, no dudó en acompañarlo el mayor tiempo posible. Su regreso al trabajo solo era media jornada, puesto que Louis le había dado solo cinco horas de trabajo; restándole las cinco que completaban el horario normal de la empresa; las psicoterapias eran una hora luego del trabajo, por lo que le había quedado la tarde libre para poder visitar diariamente al moreno.

La doctora Morris fue esencial para él, desde el día posterior a la noticia, gracias a la ayuda de la doctora, no entró en una crisis como había creído. Se encargó de tranquilizarlo, de escucharlo y aconsejarle de la mejor manera posible. Liam creía que no había alguien mejor que Jade Morris.

Zayn estaba mejorando, lentamente y poco a poco, su estado físico; cuando los efectos de la quimioterapia comenzaron a abandonar su organismo, podía decirse que tuvo un respiro y al menos podía salir de la cama sin sentirse débil. El control médico, la dieta estricta y el tomar varios jugos, más las vitaminas C y E, habían ayudado muchísimo a restar el malestar que el moreno tenía.

Por supuesto, Liam también había ayudado mucho en ello.

Habían momentos en que la tristeza y la depresión querían jugarle una mala pasada y solo quería quedarse en la cama, sin embargo, Payne se encargaba de levantarle el ánimo; él sabía perfectamente lo que era la depresión y haría lo que fuera para que Malik no pasará por ello también.

¿Can I hold you again? (ZIAM MAYNE)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora