capítulo 4: rainbow

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Oliver

Estuve todo el día esperando el mensaje de Martín, pero nada llega. Mi tía me había preparado todo en la habitación que hizo para mi, una cama normal, nada del otro mundo y una sábanas por si tengo frío en la noche.

Mi madre... ya no sé que hacer con ella, con mi tía queríamos internarla pero fue imposible, no la quiero dejar sola pero estas cosas me sobrepasan y necesito pensar alejado de ella.
Me envió muchos mensajes y llamadas pero no respondí a nada, no quiero hablar con ella, no ahora.

Después de merendar, Apolo me había enviado un mensaje preguntando por la ubicación del boliche a donde iremos hoy, se la envié y me respondió con un 《gracias 》. Espero que el lugar les guste, siempre salgo los viernes y esta es una gran oportunidad para tener amigos y poder salir seguidamente con ellos.

Apolo

A veces miro mi armario y siento que es muy aburrido, mi ropa es negra y gris y me encanta pero me siento un vampiro usando siempre negro, le pedí ayuda a Julia pero ella no tiene nada de pueda quedarme a mi, entonces, le pregunté a Oliver.

Unos minutos más tarde, me envió la ubicación de su casa y que vaya a las 20:30 para poder tener tiempo de buscar un buen look. Mi padre cuando no estaba trabajando en su agencia de camiones, buscaba cualquier cosa para hacer dentro de la casa, la más mínima imperfección, el la arregla.

—Hijo pásame la caja de herramientas.

—No querés descansar un rato pa?después manejas toda la noche cansado. Digo entregándole la caja.

El niega con la cabeza y va para el patio.

Últimamente me vengo sintiendo raro cada vez que hablo con Oliver o lo veo, es una sensación rara, ni yo entiendo el motivo pero cuando me invitó a su casa, no pude evitar sonreír un poco. Lo conozco hace muy poquito, pero me siento... Ash, ni siquiera puedo explicarlo.

Parezco idiota.

Llegué a la casa de Oliver maso menos rápido, en un momento me perdí y una señora me supo ubicar bien donde era, ya estando en su puerta, tardo un poco en tocar el timbre, mis manos estaban algo sudadas, debe ser por que caminé rápido... o lo evidente.

Tardan unos segundos en abrir la puerta, su casa era más grande que la mía, tenía un patio grande donde una pileta ocupaba la mayoría del espacio y su jardín estaba cubierto por flores y plantas, algunas un poco secas y otras con las flores maduras.

Cuando abren la puerta, Oliver estaba del otro lado, sin remera y con unos short de baño. No puedo evitar mirar su abdomen, está un poco trabajado, más que yo obvio. Le miré el abdomen, es la primera vez que hago esto, no debí mirarlo, se dió cuenta, CARAJO.

Oliver me saca de la hipnosis y me habla.

—Querés pasar o nos quedamos acá toda la noche?.

—Si, perdón, hola. Digo.

El me señala para donde ir y yo me quedo mirando todo su patio, hay muchas plantas que rodean toda la reja que divide un patio del otro, si, me gustan un poco mucho las plantas, pero a mí no me duran nada.

—Tu casa es muy grande. Exclamo sin dejar de mirar todo a mi alrededor.

El se ríe—No sos el único que lo dice cada vez que entra.

Trago grueso, muchOs ya vinieron y conocen el lugar, le tiro una sonrisa de boca cerrada y entramos. Su habitación es igual de grande como la sala de mi casa.

Era la típica habitación de un adolescente, la pared llena de pósters de algunas bandas y cantantes, y sobre su armario colgaba una bandera del orgullo lgbtiq+. Su cama era de una plaza y media y en ella estaba un bóxer negro, creo que se olvidó de guardarlo.

Apolo y OliverDonde viven las historias. Descúbrelo ahora