Nicanor Valdes era mi tío, hacen tres años fue asesinado por un grupo de hombres en un ataque homofóbico, su cuerpo tenía muchos golpes la cara prácticamente desfigurada, fue difícil reconocerlo pero mis padres lograron saber que era el cuando vimos su pulsera con las iniciales N.V.
En el momento que pasó, yo estaba con Julia en su casa y en ese instante en el que me enteré, salí corriendo hacía el hospital pero mi tío ya estaba sin vida antes de subirlo a la ambulancia. Era más chico, no entendía mucho el odio que puede haber en el mundo simplemente por ser uno mismo.
Mi padre decidió reabrir el caso ya que quedó en la nada por falta de evidencia y no había ningún sospechoso en aquel momento. Estos últimos tres años fueron los peores para mi familia, pero principalmente para mi padre que había perdido a su hermano menor, y no por una muerte natural sino todo lo contrario.
—Hay dos hombres que podrían ser partícipes del homicidio de Nicanor Valdes. Dijo uno de los policías que nos acompañó para escuchar el interrogatorio.
Mi padre y yo estábamos al otro lado de la vidriera que da para el salón donde está el primer sospechoso en ser interrogado.
—Ese día anduve por ahi, solo vi la situación y tuve la reacción de salir corriendo. Dijo el hombre mirando al detective.
—Testigos afirman que uno de los golpeadores te habló,¿ por qué lo hizo?.
—Dijo que me callara, y que si no lo hacía iba a pagar mi hija.
Un rato más tarde, el oficial le pidió al primer sospechoso si el que lo amenazó, era uno de los otros dos hombres que estaban detenidos.
—No, no es ninguno de ellos. Dijo el hombre muy seguro.
La policía liberó a los tres hombres, ninguno tuvo que ver con la muerte de mi tío y a mi padre le preocupaba no encontrar nunca más a los culpables del hecho. Saliendo de la comisaría, recibo una llamada de Oliver.
—Hola amor.
—Hola amor, tuvieron suerte? Pregunta Oliver al otro lado del teléfono.
—Ninguno de los tres era. Respondo frustrado.
—Tengamos fé, aparecerán los culpables y esto termina de una vez.
—Lo sé, espero que termine pronto.
—Después quiero que hablemos de lo que pasó. Dice Oliver.
—No hace falta, voy a tu casa pero para que estemos juntos y me pueda distraer. Respondo.
—Bueno amor, te espero. Dijo y cortó la llamada.
Aviso a mi padre que voy a lo de Oliver y me ofrece alcanzarme hasta su casa. Mi padre ha estado pendiente de mi relación con Oliver, pero en el buen sentido, lo invita a cenar, cuando salimos de paseo también lo invita, se llevan demasiado bien.
—Apolo, puedo preguntarte algo?
—Si, decime.
—¿Se están cuidando?. Pregunta mi padre.
Mis ojos se abren asombrados.
—Papá!!!. Respondo.
—Qué?es importante que se cuiden y eviten alguna enfermedad de transmisión sexual.
—Si nos estamos cuidando, no hagas más esas preguntas que me pongo rojo. Y evidentemente, mi cara parecía un tómate.
Bajo de la camioneta de mi padre y llamo a la puerta de Oliver, espero unos segundos y abren, era Paul únicamente usando unos boxers negros y tomando un licuado de lo que parece, es de banana.
—Hola Apolo. Dice Paul.
—Cuanta confianza para andar así. Digo y entro a la casa.
—Estoy en mi casa, prácticamente.
—Tu novio está arriba, en bóxer igual que yo. Dice Paul y desaparece de la sala.
Estoy por ver a mi novio en bóxer, hormonas confío en ustedes.
Golpeo la puerta de la habitación de Oliver y escucho que dice que pase, al entrar, veo que tenía puestos unos boxers blancos y estaba acostado boca abajo mirando el celular. Sus grandes nalgas estaban tan marcadas a la tela que mi mirada solo iba en dirección a ellas.
—que agradable vista. Suelto mientras dejo la mochila sobre la silla.
—Te gusta lo que ves?. Pregunta Oliver perverso.
—Mucho. Respondo y me acerco para besarlo.
Pongo mis labios contra los suyos y nuestras lenguas empiezan a encontrarse, con mis manos agarro las nalgas de Oliver y hago que suelte un pequeño gemido. El levanta mi remera y con su boca empieza a besarme todo el abdomen hasta llegar a mi pantalón, lo baja junto al boxer y empieza a hacer su magia que me pone las hormonas al millón.
—Ay Oliver. Suelto entre gemidos.
Lo acuesto sobre la cama dado vuelta y agarro un condón de la mesa, me lo pongo y antes de estar dentro de él, comienzo a darle nalgadas en ambos cachetes.
—Dominame Apolo. Dice Oliver agitado y yo se la empiezo a meter de a poco.
Sus gemidos se encontraban con los míos y nuestros cuerpos estaban pegados, se podía sentir en calor que teníamos encima, Oliver me arañaba toda la espalda y yo besaba todo su cuello dejando pequeñas marcas.
Al sentir que me estaba viniendo, me quitó el condón y me vengo sobre el abdomen de Oliver. Agarro un papel y le limpio todo el enchastre que le hice, el se levanta y me besa, podíamos sentir nuestras respiraciones agitadas de cada uno.
—Ya sé que responder cuando me pregunten que fue lo que me hizo enamorarme de vos. Dijo Oliver mientras apoyaba su cabeza en mi pecho.
—Les vas a decir que te lo hago bien rico. Respondo.
—Apolo...
—Perdón. Digo y le sigo dando besos.
En ese momento sin tocar la puerta, entra Paul a la habitación, Oliver y yo ya teníamos los boxers puestos pero igual nos espantamos.
—¿Qué mierda haces entrando así Paul?. Pregunta Oliver enojado.
—Dejé mi cargador acá, lo siento. Responde.
—No sabes tocar la puerta?. Pregunto cruzandome de brazos.
—No te metas Apolo. Dice Paul.
—Que pasa si me meto?. Digo levantandome de la cama.
—No es tu casa, no te metas.
—Tampoco es tu casa y es peor para vos porque nadie te quiere en ella. Digo acercandome a el.
—No me interesa que me quieran. Dice el y me empuja para atrás.
—¿Y quien te va a querer?, si sos un desastre de ser humano. Digo aún más furioso.
—Conrtenla. Dice Oliver.—Salí de mi habitación Paul.
—Esta cada día peor. Digo sentandome en la cama.
—Te fuiste un poco a la mierda con lo que le dijiste. Dice Oliver un poco molesto.
—No le dije nada malo, solo la verdad. Respondo.—Ayer vos también te fuiste a la mierda con el. Agrego.
—¿Por qué cada vez está Paul o hablamos de él, terminamos discutiendo?. Pregunta Oliver.
—Ustedes tienen que arreglar sus cosas, yo en esa no me meto, pero que el no se meta conmigo porque no me conoce.
—Está bien, ¿vamos a comer algo y dejamos de hablar de el?
—Si, vamos y perdón si dije algo de más. Digo dándole un pequeño beso en sus labios.
—No me beses porque no te suelto más. Dice Oliver con una sonrisa.
¿Que lo bese todo el día dice?
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Apolo y Oliver
Romancedigamos la verdad, salir del clóset hoy en día no es necesario, es otra cosa impuesta por la sociedad y estos chicos lo saben. Apolo está teniendo una fuerte revelación sobre su sexualidad, ya desde muy chico sabia que la heterosexualidad no era lo...