Pussy e' your mother

¿Rivalidad?

A qué no esperaban ver una actualización mia ahorita jagsksvs

Cap 21.

—¿De que hablas maldito? -. Moscú está enojado, estaba muy enojado.

¿Cómo se atrevía a decir esa osadía ese desgraciado?

— Lo que escuchaste -. Hablo bajo, pero lo suficientemente alto como para que el moscovita lo escuchará.

Moscú aflojó un poco el agarre de un congelado Caracas.

Washington al ver esto sonrío victorioso, y sin notarlo el también aflojó el agarre.

Acción que fue aprovechada por el de ushanka para jalar al caraqueño hacia si y abrazarlo posesivamente.

Luego miro fijamente al americano.

— Te equivocas, el es MÍO -. Dijo victorioso de tener al del león en sus brazos una vez más y este no hiciera nada por quitarse.

Pero la verdad es que Caracas estaba procesando dicha información.

Algo en el cerebro del caraqueño digo click.

¡¿Cómo que de ellos?! ¿Les pica el culo o que coño?

— ¡Suéltalo! -. Exigió colérico el de habla inglesa, ya fue suficiente de tanta calma.

Si no lo soltaba en los próximos 5 segundos lo moleria a golpes.

1

— No lo voy a soltar, ahora lago -. Dijo abrazando más al caraqueño.

2

— ¡Si no lo sueltas ahora mismo-! -. Su amenaza quedó sin terminar.

— ¿Si no qué? No eres capaz ni de tocarme antes de que te mate -. Dijo burlón.

3

— No me retes -. Advirtió.

4

— Cuando quieras, pero si a Caracas le pasa algo... Te las verás conmigo -. Ahora era el el de la amenaza.

5

— Te lo advertí.

Pero antes de realizar cualquier movimiento Caracas se quitó ágilmente del agarre del de habla rusa.

Y obviamente puso su mejor cara de arrechera.

— Caracas...

— Caracas un coñe e' madre, ¿Se puede saber de qué están hablando?

— Hablamos de que de ahora en adelante tú serás mio -. Dijo Washington acercándose al de rojo mayor.

— Échate pa' fuera, ni se te ocurra tocarme -. Advirtió alejándose del americano.

Quien al ver como el venezolano se iba hacia atrás paro en secó.

— Caracas, no te voy hacer nada... Nada que tú no quieras -. Mal momento para coquetear.

— Te reto a decir eso otra vez -. Dijo Moscú tomandolo del cuello de su camisa.

Ignorando olímpicamente al caraqueño.

— ¿Saben que? Me duele la cabeza asi que me voy pal coñizimo de su madre -. Dijo dirigiéndose a la salida de la cocina.

No era mentira, le empezó a doler la cabeza y sinceramente no quería permanecer allí, con esos dos idiotas.

— Más tarde ustedes y yo vamos a tener una conversación, porque yo no soy perro como para que me estén reclamando como propiedad.

Luego de dichas palabras se fue hacia la que sería su habitación, dejando solos a los más altos.

Un profundo silencio se presentó entre ellos.

— No voy a permitir que le hagas daño a Caracas, no a el... -. Hablo más calmado el moscovita.

— Lo que yo haga o deje de hacer con el no es asunto tuyo -. Acalro Washington sirviéndose otro vaso con agua.

— Yo lo amo -. Esa declaración hizo que el oji-azul parará en secó su acción -. Y no me importa lo que paso entre ustedes, si el no siente lo mismo que yo lo voy a entender, pero no me voy a dar por vencido, y menos contra alguien como tú qué lo único que hace es jugar con el corazón de las personas -. Dijo mirándolo atentamente por si hacia algún movimiento brusco.

Pues no se le olvidaba que hace algunos instantes iba a iniciar una pelea si no fuera por la interrupción del caraqueño.

—No me importa lo que tú sientas, yo quiero a Caracas, y yo siempre consigo lo que quiero -. Afirmo para luego dar un gran trago de agua.

— ¿Así sin más? ¿No te importa lo que sienta el?...

Washington solo guardo silencio.

— Sabes, con cada segundo que pasa me doy cuánta de que nisiquiera eres digno de pronunciar su nombre, solo te voy a advertí una cosa -. Hablo mientras se posicionaba a su lado -. No voy a tener compasión contigo, Caracas será mio y ni tu ni nadie podrá evitarlo.

Y siguió de largo saliendo de la cocina.

Washington al encontrase completamente solo sonrío sin motivo aparente.

Valla que ir a ese pais tercermundista había sido una buena idea.

Mataría dos pájaros de un tiro.

1-. Joderia un buen rato a Moscú.

2-. Un revolcón con el venezolano no le vendría mal.

¿Qué podría salir mal?

...