Kady no cree en el amor. Nunca lo ha hecho y la culpable es su madre. Sin más preocupaciones que seguir dedicándose a su gran pasión, la fotografía, no espera verse envuelta en un suceso del pasado que cambiará su vida para siempre.
Dylan es un romá...
Hoy hay maratón para celebrar los 50K en Tour Bus.
Gracias por el apoyo.
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C A P Í T U L O 2
Médico pelirrojo
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Veo cómo Dylan se levanta y va directo al baño. Me apresuro a seguirle y cuando llego le veo arrodillado frente al váter vomitando.
—Tranquilo, Dyl —murmuro acariciándole la espalda con cariño imitando su posición.
Cuando se ve capaz de hablar sin que le den más arcadas me mira con los ojos llorosos y no me queda claro si es por el esfuerzo de vomitar o por la noticia.
—¿Cómo quieres que me tranquilice, Kady? —pregunta sentándose en el suelo con la espalda apoyada en la pared alicatada. Frunzo el ceño al escucharle, él siempre me llama Kad, pero no hago ningún comentario, está bastante nervioso—. Sabes que siempre he querido ser padre, pero joder, con la mujer que ame.
—No sé qué decirte, Dyl.
—No digas nada, yo... voy a ir a hablar con ella. Me haré cargo del bebé, es mi responsabilidad, pero no voy a estar con ella, simplemente no puedo.
Entierra las manos en su pelo y deja su cabeza entre las rodillas. Sus hombros tiemblan y sé que está llorando. Le aparto las manos de la cabeza y le abrazo.
—Dyl...
—Me siento fatal, Kad. No tengo ninguna ilusión por ese bebé y me siento culpable porque es mi hijo.
—Eh, ¿estás seguro? Quiero decir, igual...
Se separa de mí con brusquedad y me callo sin terminar la frase.
—Ya sería el colmo que la que hasta hace unas horas era mi novia estuviese esperando un hijo de otro. —Se levanta y le imito, se lava la cara.
Por mi parte dejo un cepillo de dientes nuevo a un lado del lavabo y le dejo solo, creo que lo necesita.
Voy a la cocina y le preparo una tila con manzanilla porque creo que la necesita, la primera para los nervios y la segunda para la tripa. Cuando estoy sacando la taza con la bolsita del microondas Dylan aparece.
—Tomate esto, creo que te va a sentar bien.
—Gracias, Kad, pero voy a ir a hablar con Giselle, todo esto es muy raro, ¿me deja y a las pocas horas me suelta esta bomba? Si lo sospechaba ¿por qué no se hizo la prueba antes? ¿Por qué no me lo comentó? Es todo muy raro.
