Kady no cree en el amor. Nunca lo ha hecho y la culpable es su madre. Sin más preocupaciones que seguir dedicándose a su gran pasión, la fotografía, no espera verse envuelta en un suceso del pasado que cambiará su vida para siempre.
Dylan es un romá...
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C A P Í T U L O 23
Adair
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Poco después de hablar con Dylan sobre el detective subo a la habitación sin mucho ánimo. ¿Qué me tendrá que contar? La incertidumbre me está matando. Quiero respuestas, pero no las obtendré hasta el lunes y eso, conociéndome, va a ser una auténtica tortura.
Después de lavarme los dientes me pongo el pijama y cuando estoy a punto de meterme en la cama oigo unos golpes en la puerta. Me giro cuando escucho que se abre.
―¿Puedo pasar? ―pregunta Dylan en un susurro. Asiento y entra cerrando con cuidado. Lleva puesto un pijama de Digimon―. He pensado que igual querías hablar o algo para que no le des vueltas a la cabeza.
―La verdad es que solo me apetece dormir.
―Pues a dormir ―dice lanzándose en mi cama. Le miro con los brazos cruzados y una ceja levantada―. ¿Qué? ¿No quieres dormir abrazadita a tu sexy novio?
Suelto una risa baja y negando me tumbo a su lado. Le doy un beso en los labios y al separarme veo una sonrisa de absoluta felicidad en su cara. Todavía me cuesta creer que esto nos esté pasando a nosotros, pero es lo más real que he vivido en mucho tiempo.
Me abraza y me acerca hacia su pecho con cuidado. No me aprieta. Sin necesidad de palabras me dice que puedo separarme cuando quiera. Que no me está reteniendo y es precisamente eso lo que hace que me acerque todavía más a él.
Deposita un beso en mi cabeza y me acaricia la espalda. Me centro en eso. No pienso en nada más que en el suave movimiento de sus manos y me termino quedando dormida.
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Uno de los motivos por los que me gusta tanto la fotografía es que las fotos son una forma rápida de recordar momentos que, de otra forma, quedarían en el olvido para siempre. La cantidad de emociones que puedes sentir al rememorar una situación evocada sólo por mirar una fotografía es increíble. Desde la nostalgia más bonita a la ira más brutal pasando por la felicidad más absoluta.
Al despertarme decido inmortalizar numerosos recuerdos. Estos dos días he estado sacando fotos, pero nada comparado a lo de hoy. Entre que es el último día que estamos todos aquí hasta vaya usted a saber y que tengo la sensación de que nunca son suficientes fotos no me separo de la cámara ni para ir al baño.
Después de desayunar subimos a las habitaciones para recoger todo y no dejarlo para última hora. Theo es el primero en irse porque tiene que coger el vuelo a Londres. Como el coche en el que vino es el de Rob, Aglay decide llevarlo ella al aeropuerto. Le ha costado convencer al cabezota que quería irse en taxi para que nadie tuviese que irse antes de lo que tenían previsto, pero al final nadie puede decirle que no a Aglay.
