C A P Í T U L O 21

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C A P Í T U L O 21

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C A P Í T U L O 21

Last First Kiss

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Subo a la habitación sabiendo que Dylan me entiende. Eso me tranquiliza y me hace ver la suerte que tengo de tener a alguien así a mi lado. En el silencio —porque parece que Darcy y Shane ya se han cansado— me doy una ducha sin mojarme el pelo. Sin embargo, no consigo relajarme. Diferentes fragmentos de conversaciones que tuve con Edgar y con esa mujer llegan a mi mente:

Es imposible que tú siendo 0 seas su hija.

Más pronto que tarde vas a venir llorando porque te ha pegado o algo peor.

Ese chico es mala influencia. Análisis de rutina, hija. Siempre intentando separarte de tu pobre madre... Yo siempre voy a estar aquí...

No. Me recrimino. No me puedo permitir que mi cabeza vaya por esos derroteros. Tengo que dormir, en menos de cinco horas alguien me despertará para empezar con la fiesta. Necesito descansar. Canto una canción y después otra para mantener a raya esos pensamientos que no quiero tener y finalmente me quedo dormida.

Un ruido me hace incorporarme de golpe. Miro alrededor y me encuentro a Darcy —vestida con su pijama— en el suelo sujetándose el pie.

—¿Qué haces?

—El suelo necesitaba un abrazo, no te jode. Pues que me dado una hostia con la maceta esta y me he caído y me duele. Menudas preguntas estúpidas haces a veces, Kady.

Podría responderle de mil formas, pero prefiero sacarla de sus casillas riéndome de ella en su cara. En cuanto me oye reírme se cruza de brazos fingiendo estar ofendida. La puerta sigue abierta y una cabeza se asoma seguida del cuerpo.

—¿Vienes ya? —pregunta Shane en voz baja. Agradezco de corazón que lleve pantalones. Supongo que piensa que sigo dormida, o lo pensaba hasta que me mira—. Buenos días, Kady. ¿Qué tal has dormido?

—Genial —miento. En realidad, he estado en un duermevela constante y no he descansado nada. Mi cabeza no dejaba de enseñarme imágenes de la mujer que consideraba mi madre y ha sido horrible. Hoy será un día en el que necesitaré mucho café—, ¿tú qué tal? Supongo que el ejercicio te ha hecho dormir como un bebé.

—Sí. Es lo que tiene el buen cardio —comenta con una sonrisa traviesa haciendo que Darcy enrojezca.

—¡SHANE!

—Oh, sí, nena. Grita mi nombre —digo con voz grave en una imitación patética de Shane.

—¡KADY!

Shane y yo rompemos a reír.

—¿Tan temprano y ya estáis de fiesta? —pregunta Theo que va en calzoncillos. Shane y yo empezamos a tener dificultades para respirar, pero seguimos riendo—. ¿Qué les pasa?

Todo este tiempoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora