1. Culpa

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1. Culpa


Dodge City, 2004


Emma miró otra vez su computadora, esperando ver algo distinto, algo que le sirviera en el caso en el que ella trabajaba. Pero nada más que unas estúpidas cosas sobre demonios que ya sabían. Los demonios no eran muy comunes vistos en esos tiempos pero un caso era un caso, eso era lo que su familia tendía a decir, sin importar a qué se enfrentaran.


Su madrastra y su padre volvieron después de unas cuatro horas de haberse ido. Emma les sonrió instantáneamente, era un saludo. Ellos la ignoraron y fueron a limpiarse algunas heridas y a organizar los hechos. Después de unos minutos se sentaron en la mesa donde estaba Emma y sacaron un par de hojas, algunas para anotar sospechas y otras que parecían material policial.

—Tenemos al menos una conexión, sin contar el azufre en las tres escenas de crimen —explicó su madrastra Tracy. Moviendo su pelo pelirrojo de un lado a otro. Emma admiraba lo fuerte que era Tracy. Cuando ella se casó con su padre hace unos años, Emma no pudo contenerse y preguntó sobre su pasado, se arrepintió luego. Resulta que Tracy tenía una muy linda familia y vivía en el estado de Nueva York. Era feliz, hasta que un vampiro mató a sus dos hijos y a su marido, ella descubrió todo después de volver de su turno tarde como enfermera. Dejó esa vida y empezó la de cazadora a los treinta, en un viaje se cruzaron con su padre y ahora era su madrastra.


—Sí —confirmó Robert, su padre al leer una de las hojas del archivo policial—. Todos trabajaban en la Compañía Escriters. —comentó pensando en algo. Luego miró a su hija y le sonrió débilmente—. ¿Qué has encontrado, Em?


—No mucho —dijo tristemente—. Las trampas usuales y los síntomas al respecto el agua bendita y la sal.


—Tenemos todas esas cosas en el Belair —dijo Tracy refiriéndose a su hermoso automóvil Chevrolet Belair 58'. Una de las posesiones más preciadas de Robert ya que fue gracias a ese auto como la madre de Emma y Rachel y él se conocieron.


—Y no hay forma de matarlos, hay que exorcizarlos. Enviarlos al infierno —fue diciendo Emma mientras leía sus notas.


—Eso no parece tan difícil —opinó Robert, sorprendido. Él nunca tuvo la oportunidad de pelear contra un demonio.


—Esta parte no, pero hay que mantenerlo quieto, dentro de una trampa preferentemente, e ir debilitándole con agua bendita y sal, mientras se lee el exorcismo. —Emma leyó de su block de hojas. Ahí tenía anotado el exorcismo que se obligó a aprender.


Robert asintió y siguió leyendo un par de cosas antes de hacer un plan contra el demonio. Emma se quedó pensando en cómo harían para que el demonio deje en paz a los de la compañía. Definitivamente, el demonio tenía algo contra esa compañía. Eso significaba venganza personal. Con algo de confianza tecleó en su laptop para buscar algunos problemas que haya tenido esa compañía de escrituras. Después de unas horas vio que nada surgía de eso, tal vez solo era una venganza no tan grave como para salir en los periódicos, un desempleo o alguna pelea. Emma compartió esa información con sus padres, lo cual asintieron pero no le consideraron importante.


—¿Dónde está tu hermana? —preguntó Robert algo enojado de que su otra hija no estuviera para ayudar.

The Past Is Behind [Supernatural]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora