13. Tortura y rastreo

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13. Tortura y rastreo

Emma fue a la ansiada reunión que ocupó lugar entre las cinco y casi seis y media de la tarde. Mientras iba al lugar, su celular empezó a vibrar nuevamente. Paró a un costado de la calle y atendió con brusquedad sin saber quién estaba del otro lado, aunque tenía su suposición.

-¡Ya te dije que estoy bien, Dean! -gritó al teléfono. Pero se avergonzó al ver que no era el mayor de los Winchester que estaba hablando con ella.

-¿Dean? ¿Quién es ese, Em? -preguntó un confundido Oliver-. ¿Alguien te está molestando? -preguntó serio, como si estuviera dispuesto a pelear con alguien.

-No, lo siento. Pensé que eras otra persona -expresó ella cerrando los ojos y tratar que su mundo no dé vueltas.

-Espera, ¿Dean? ¿Dean Winchester? -preguntó Oliver como si fuera a explotar-. ¡¿Tienes el número de los Winchester?! -Emma suspiró.

-Sí. No. No lo sé -dijo ella rápido sin saber cuál respuesta era la adecuada-. Mira, tomé un caso. Lamento no haberte llamado. Tuve muchas cosas en la cabeza.

-Ey, no hay problema Emmy -comentó el chico al otro lado. Emma sintió un cosquilleo frío en ella. Emmy... Así la llamaba su hermana.

-No me llames así -pidió ruda la castaña.

-Lo siento, se me escapó -se disculpó-. Solo llamaba para ver cómo estabas. A la hora que me llamaste... Parecías perturbada.

-Estoy mejor, gracias -comentó ella-. Me tengo que ir. Adiós Ollie.

Colgó y se propuso entrar al lugar. No estaba vestida como federal, tal vez eso le diera problema pero no pensaba ir a cambiarse al hotel. Entró al recinto con una sonrisa y se dirigió a la recepción. Esperó a que la adolescente que tenía enfrente dejara de hablar con la recepcionista.

La muchacha se largó después de unos minutos y Emma presentó su identificación falsa. La recepcionista, que parecía tener un problema porque no dejaba de sonreír, asintió.

-¿Qué pudo hacer por usted, agente? -preguntó la cincuentona.

-Quisiera hablar con... -no pudo terminar la oración.

-¡Pero por supuesto! Este lugar fue construido para hablar -dijo la mujer como si estuviera promocionando el grupo de apoyo-. Justo ahora está la sesión con Juliet, deberías asistir. Incluso los agentes federales necesitan ayuda de vez en cuando -comentó guiñándole un ojo, como si estuviera prometiendo guardar el secreto.

-Me interpretó mal, señora -dijo Emma tratando de no perder el control-. Quiero hablar con Juliet en cuanto a Mecha Roberson y Peter Randy.

-Oh, sí, una desgracia lo que les pasó a ellos dos. Lamentamos cada pérdida -se quedó pensativa unos segundos y luego propuso algo que ni Emma se esperaba-. Tal vez puedas participar de la reunión, como civil. Seguramente hablarán de eso.

Aunque odiaba la idea, supo que era útil estar ahí. Reflexionó si era buena idea entrar al salón y parecer una civil en busca de respuestas. Lanzó un largo y silencioso suspiro, luego pidió indicaciones a la mujer. Ésta parecía orgullosa de haberla convencido y le dijo que rellene un formulario, el cual mintió en todo, y después entró en el salón.

Había alrededor de quince sillas puestas en una ronda. Todas estaban ocupadas por muy diferentes personajes. Había hombres adultos, dos viejos y el resto mujeres de distintas edades. Emma se sintió vulnerable, nunca le había gustado este tipo de reuniones.

La mujer que estaba dando la bienvenida tendría alrededor de treinta años, rubia y de ojos saltones. Se dio la vuelta para observar a quien había entrado en su sesión. Se instaló un silencio que Emma no iba a romper.

The Past Is Behind [Supernatural]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora