The Past Is Behind [Supernatural]

41. Es mi turno de salvarte

41. Es mi turno de salvarte

Estuvieron varios minutos abrazados. Sam agradecía tener el cuerpo de su chica entre sus brazos, no podía agradecer lo suficiente a aquél ser que la trajo de vuelta. Fue en ese instante en que pensó en el quién, el por qué y el cómo.

Lentamente se separó de la castaña y se mantuvo en frente a ella. Emma tenía sus ojos celestes puestos solo para el castaño. Se alegraba de estar de vuelta, el Cielo era un paraíso pero faltaba algo en ese lugar. Su querido Sam a su lado.

-¿Quién te trajo de vuelta? -preguntó tranquilo el cazador. Emma asintió, esperaba pronto todas esas preguntas.

Tomó la mano del cazador y miró la unión unos segundos, apreciando el momento, para luego verle a los ojos nuevamente.

-Busquemos a Dean y Castiel para que les explique a los tres todo.

Sam asintió, se había olvidado de su hermano y el ángel. Eso ocurría cuando estaba con la castaña, su mundo parecía desaparecerse. Ser cazador no parecía tan malo con Emma a su lado, las cosas que tenía planeadas parecían menos duras si la cazadora estaba ahí con él.

Tiró de la unión de sus manos hasta llegar a donde Dean y Castiel esperaban dándoles su espacio para esa cálida bienvenida.

Dean se encontraba sentado en una mesa de metal analizando el cuchillo de Ruby mientras Castiel simplemente estaba parado ahí con una cara seria. Cuando la pareja se hizo presente a sus ojos, ambos se acercaron.

El cazador fue el primero en reaccionar, dejó el cuchillo del demonio a un lado y caminó hacia la castaña, estrujándola entre sus brazos. Emma admitía que para ella Dean era como el hermano mayor que nunca tuvo. Su relación había cambiado tanto desde que lo conoció que le parecía irreal. Primero, él no confiaba en ella y ella no se esforzaba en mantener una amistad. Luego parecieron acercarse y a estar de acuerdo en muchas cosas, hasta que llegaron al paso de la amistad. Y todo cambió aquella noche a las afueras de la mansión de Balthazar, uno de sus mejores recuerdos. Dean ya era parte de su familia. Lo amaba, aunque de una manera muy distinta que con Sam.

-No nos des otro susto así -amenazó el rubio cuando se separó de la cazadora. Emma rió levemente.

-Mientras tú no me asustes de esa manera, yo no haré nada -negoció la castaña con una sonrisa graciosa. Dean negó con la cabeza sonriendo mientras despeinaba un poco el pelo de aquella chica.

El cazador se alejó unos pasos y Emma se acercó al ángel.

-Me alegro de que estés viva, Emma -anunció el ángel manteniendo la distancia.

-Oh, ven aquí -señaló la muchacha acortando la distancia entre ambos y uniendo el cuerpo del ángel con el de ella.

-¿Por qué aplastas tu cuerpo contra el mío? -preguntó nuevamente el morocho. Emma rió por lo bajo.

-Es un abrazo, Cas -dijo la castaña usando el apodo que los hermanos le habían puesto.

-Oh -suspiró mientras veía cómo colocar los brazos en la espalda de Emma sin parecer incómodo. Los Winchester sonrieron con gracia hacia la situación.

Unos segundos luego, Emma se alejó con una sonrisa hacia el de ojos celestes y miró a los hermanos.

-¿Cómo es posible que...? -empezó Dean diciendo.

-Joshua me trajo de vuelta -interrumpió la joven. Cuando soltó esas palabras pensó en que no sabrían quién era él, así que prosiguió con la explicación-. Es un ángel... Como Cas.

-Sí, lo conocimos -aclaró Sam con una sonrisa.

-Oh -expresó la castaña sintiéndose algo avergonzada. Por supuesto, los Winchester lo conocían-. Bueno, él me trajo de vuelta. Allá arriba... Era el paraíso -dijo con una sonrisa, admitía que extrañaba el lugar-. Cuando llegué no lo reconocí, pero me di cuenta de que era un recuerdo con Rachel de cuando éramos chicas.