21. La paz antes de la tormenta

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21. La paz antes de la tormenta

Eran las doce del mediodía aproximadamente. Los rayos de sol entraban por la persiana del apartamento. Dean se refregó los ojos al sentir el cálido roce de uno de los rayos que se colaban a través de la misma.

Le tardó unos segundos recordar dónde estaba y qué había pasado la noche anterior. Recordó a la chica pelirroja, luego el encuentro con su amigo Castiel que le erizó los pelos después de contarle lo que sabía, y por último lo bien que la había pasado con la morena. En cuanto a ella... No se encontraba en la cama, a su lado, como debería estar. Dean no estaba acostumbrado a ser el que dejaban. No, por lo usual, él era el que las dejaba antes de despertaran.

-¿Qué mierda...? -preguntó al no ver signo de la morena. No estaba la ropa de ella y tampoco ninguna nota.

Pensó en el pequeño baño de la habitación, pero la puerta estaba abierta y no había nadie dentro. Solamente veía su ropa esparcida por el suelo y su cuerpo arropado en la sábana. No podía creer que fue dejado por una cualquiera, ni siquiera supo el nombre de la morena.

Decidió en dejar el hecho pasar, al menos su hermano Sam no estaba cerca para notar que lo habían dejado.

Cuando estaba dispuesto a levantarse sin preocuparse en esconder algo ya que estaba solo, su amigo apareció después de un aleteo de plumas.

-¡Maldita sea! -gritó el cazador tomando la sábana y cubriendo sus partes-. ¡Juro, Castiel por mi auto, que si vuelves a aparecerte así te mato! -exasperó enojado y tratando de ocultar la vergüenza que sentía.

El ángel colocó su cabeza a un lado, consecuencia de la confusión que sentía.

-¿Cómo esperas que aparezca sino? -preguntó-. Esperé a que sea el mediodía para hablarte.

Dean, enojado por la situación, tomó el celular que tenía a su lado en una pequeña mesa y lo levantó.

-¿Sabes que puedes llamar? -contestó agitando el celular de un lado a otro.

El ángel no respondió, sabiendo que el cazador tenía razón.

-No me acostumbro a eso todavía -aclaró el de ojos celestes.

-Pues yo no pienso acostumbrarme a que me veas desnudo -contraatacó el de ojos verdes.

-Lo lamento -sentenció finalmente-. Quería pedirles si pueden acompañarme a ver a mi hermano.

-¿Balthazar? -preguntó mientras sostenía bien la sábana. Lo último que necesitaba era que Cas mencionara algo de ese encuentro y que Sammy se burlara de su situación con el ángel. El ángel asintió-. Bien, déjame cambiarme y buscar a los otros tortolos. Luego te llamo y vamos a por el ángel rubio -exclamó juntando sus prendas del suelo.

-De acuerdo. Hasta entonces. -y luego el morocho desapareció.

(...)

Ya en el motel, Sam y Emma se despertaron a la par. Una pequeña abertura de ojos dio paso a una sonrisa entre ambos.

Emma estaba apoyada sobre el torso desnudo del Winchester. Jugaba con su dedo, pasando una y otra vez por el tatuaje de anti-posesión y por algunas pequeñas cicatrices. Sam sentía que cada toque le daba una nueva sensación de placen en sí. Mientras la castaña jugaba con su pecho, él colocó la mano alrededor de ella y acarició con el pulgar su desnuda espalda.

-Deberíamos cambiarnos, Dean llegará en cualquier momento -comentó la castaña.

-En cinco minutos -rogó el cazador.

Emma sonrió sabiendo que esos "cinco minutos" no durarían lo que deberían. Besó suavemente los labios del cazador, luego se alejó pero no llegó a posicionarse de nuevo en el pecho del castaño pero las manos del cazador tomaron las mejillas redondas de la castaña y le volvió a besar, esta vez más profundamente.

The Past Is Behind [Supernatural]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora