12. Llamadas

3.5K 212 2
                                    

12. Llamadas

La mañana transcurrió tranquila para los tres cazadores. El primero en despertarse había sido Bobby que solía madrugar y ponerse a trabajar junto con una cerveza. Luego fue Dean quien se levantó y ayudó a su amigo a encuadrar un par de cosas en cuanto a ángeles y el Apocalipsis.

A eso de las doce de la mañana, Sam se levantó y lo primero que observó fue el papel escrito que estaba al lado suyo en la mesa de luz. Aunque seguía algo somnoliento, se incorporó y tomó el papel. Leyó la carta de Emma y sintió angustia y enojo. ¿No se había despedido? ¿Simplemente se fue? ¿Después de todo?

Enojado arrugó el papel y se levantó para ir junto con su hermano y Bobby quienes seguían hablando del tema del fin del mundo. Bobby le saludó con un buen día amable mientras que Dean siempre era algo más sarcástico.

-¡Sammy! Primera vez que duermes hasta las doce -comentó sonriente y esperando una respuesta irónica de su parte, pero Sam simplemente puso su cara enojada y le tiró la bola de papel a Dean, que le pegó en la cara-. ¿Pero qué te sucede?

-Léela -ordenó el menor haciendo caso omiso de los murmullos de Bobby. Mientras Dean desplegaba el papel, Sam fue a buscar algo que comer en la heladera.

-¿Emma se fue por la noche? -preguntó confundido Dean-. Pensé que seguía durmiendo.

-Notablemente, no -expresó Bobby-. Me había parecido escuchar el motor del Belair mientras dormía. Pensé que sería un sueño.

-Ni siquiera se despidió -contestó enojado Sam mientras se sentaba y pegaba un gran bocado a su comida mañanera.

-Sammy, pensemos que nosotros hubiéramos hecho lo mismo -dijo su hermano mientras caminaba hacia la cocina donde él se encontraba-. Se sentía presionada aquí.

-¿Tan presionada que no podía ni decir adiós? -contraatacó él. Se podía decir que el hermano sí estaba enojado. Pensaba que después de compartir momentos, al menos la chica se despediría.

Dean no volvió a animarle sabiendo que no tenía caso. Sin embargo le invitó a seguir buscando pistas de casos para entretenerse. Y eso hizo Sam. Se metió en la habitación ignorando a todo el mundo y prendió su computadora. Lo primero que sus dedos teclearon fue el nombre de Emma en el buscador.

Mientras tanto, Emma iba en su Belair a un pueblito de Dogde City. No le gustaba ir de nuevo al lugar que evitaba hace dos años, pero fue el primer caso que encontró y el que le parecía interesante. Iría a por cada caso que Oliver le había mandado. Encontraría a los demonios y les obligaría a hablar.

Condujo por horas y eso le distrajo de la patética despedida que había dejado en lo de Bobby. Se obligó a olvidar aquello y concentrarse en buscar a su hermana.

Estacionó cerca de un hotel en el centro del pueblo y bajó del auto para registrarse en el mismo. La puerta era corrediza y dentro parecía lujoso. Por un segundo pensó que no podría pagar semejante cosa, incluso con plata que no era la suya. Sin embargo, caminó hasta la recepcionista y habló con ella.

Terminó convenciéndola con una oferta de tres días a un precio justo. Emma pensó que el demonio no le daría demasiado trabajo así que aceptó. Tenía setenta y dos horas para encontrarlo, capturarlo y conseguir respuestas. Más que suficiente.

Se instaló en la habitación e investigó sobre las víctimas. Uno era un hombre de cuarenta y tantos, castaño canoso y trabajaba en la ferretería del pueblo. Peter Randy parecía ser un buen hombre. La otra víctima era muy diferente. Una joven algo punk, de pelo morocho y mechas rojas y azules, piercings y no más de veinticinco años. Mecha Roberson parecía la típica chica de secundaria con la que no te quieres meter en problemas.

The Past Is Behind [Supernatural]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora