Epílogo

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Epílogo


Seis años después...

Independence, California


-Hora de ir al colegio, cielo -dijo Emma mientras entraba lentamente al cuarto de su hija. 

La niña de pelo castaño claro y de pequeña contextura dormía plácidamente en su cama con acolchado floreado sin inmutarse ante la llamada de su madre. Emma la miró con dulzura. Sin duda después de perder a Sam, esa niña le ayudó en increíbles maneras. Nunca se vio como madre, pero era bueno saber que todavía tenía algo de Sam a su lado todos los días.

La castaña caminó hacia la cama. Estaba oscuro aunque los rayos del sol se colaban por la ventana. Se sentó en un lugar libre de la cama y empezó a acariciar el pelo de su hija hasta que ella se levantara. La niña lentamente abrió los ojos y sonrió al ver a su madre ahí.

-No quiero ir al colegio -comentó con el ceño fruncido y dando una vuelta para evitar el contacto con su madre. Emma sonrió al recordarse a ella misma haciendo problemas a la hora de ir al instituto.

-Sé que no quieres, nadie quiere.

-¿Y entonces por qué vamos? -preguntó mirando los ojos celestes de la castaña. 

-Porque la misma razón por la que yo tengo que ir al trabajo, Rachel. Porque tenemos responsabilidades.

-Pues las responsabilidades apestan -dijo con enojo. Emma simplemente sonrió más grande. Se inclinó y le besó la frente.

-Te iré a preparar tarta con el desayuno, pero sólo si te vas preparando para el colegio. ¿Tenemos trato? -preguntó sabiendo que eso sería imposible de resistible para la niña.

Sus ojos se iluminaron, eso le hacía recordar a Dean ya que él haría lo que sea por tarta. Dejó la luz prendida y caminó hacia la cocina.

Después de enterarse de que estaba embarazada, corrió con Bobby para que él le ayudara a conseguir una vida en algún lugar lejano. Así terminó en Independence, California, un pueblo pintoresco a los cuales los turistas estaban encantados de visitar. Al dar a luz a su pequeña niña, Dean, Bobby y Garth la acompañaron en todo momento. Se quedaron unos días por el pueblo antes de volver a sus rutinas para asegurarse de que su amiga estuviera tranquila y segura en el pueblo. 

Tras ese encuentro, Emma siguió con su vida. Cuando Rachel cumplió dos años, la castaña decidió tomar un trabajo turístico en la zona. No necesitó mucho en su currículum para obtenerlo. Trabajaba por la mañana, mientras su hija estaba en el jardín para niños y a la tarde la pasaba a buscar. Su casa era pequeña pero suficiente para las dos mujeres que vivían allí. Rachel tenía su propia habitación, adornada con dibujos a rayas, muñecas de plástico y varios peluches. La cocina y el comedor diario estaban llenos de cuadros, muchos de Emma y la niña, pero habían otros que Rachel amaba ver. Una con su abuela y su abuelo, Elena y Robert Carver. Otra con su tía Rachel, que ella llevaba su nombre en su honor; otra de su padre, Sam con su madre. Eran fotos viejas según su mamá, pero no le importaba, verlas era como estar cerca de su familia.

Su mamá no hablaba mucho de sus padres o de Sam, siempre que lo hacía se ponía triste y terminaba llorando en su habitación. Lo único que Rachel sabía de su padre era que fue un héroe, eso le dijo Emma, que había salvado el mundo antes de que ella naciera. Y Rachel cada vez que lo veía sonreía a la foto diciendo "¡Seré un héroe como papá cuando sea mayor!", cosa que a Emma le derretía el corazón. 

The Past Is Behind [Supernatural]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora