The Past Is Behind [Supernatural]

30. El diario de Elena

30. El diario de Elena

Ya habían pasado cuatro días desde que Emma se separó de los Winchester. Parecían sobrellevar el hecho de que estaban separados, las cacerías siguieron y los problemas al lado.

Sam consideraba notablemente irse a la jaula. Quería de una vez remediar el error de condenar al mundo por su ignorancia. Y sin Emma, quien probablemente se opondría a su plan más que Dean, habían más chances de que él pudiera hacerse la idea.

Dean, preocupado casi todo el tiempo, vigilaba a su hermano. Tenía miedo de que su mayor temor, perder a Sam, se hiciera realidad como producto de la pérdida de su novia. Sin mencionar que también estaba preocupado por Emma.

Emma, por su cuenta, se arregló con unas cacerías mientras se quedaba en la casa de Oliver. No se atrevió a llamar a Sam o a Dean, seguía enojada aunque los extrañaba demasiado. Se sentía muy sola aunque tuviera a Oliver a su lado.

El Apocalipsis seguía en pie. Sam y Dean, después de peleas, accedieron tomar la decisión de seguir con el plan de Gabriel. Todavía trataban de conseguir los anillos de los jinetes restantes. Trial también seguía en pie, provocando grandes desastres que acompañaban los desastres apocalípticos. Nada parecía ir bien para los cazadores. Emma seguía sin tener nada en el Libro, Sam y Dean continuaban sin pistas sólidas.

¿Cuánto más durarían hasta que se desplomaran de nuevo? ¿Cuánto les tomará volver a armarse considerando que no se tienen el uno al otro?

(...)

-¿Entonces dices que no tienes nada todavía?

Oliver suspiró cansado de explicarle a Emma lo que le tomaba buscar información sobre el libro. Se giró sobre la silla con ruedas de su habitación y la miró con una mirada asesina.

-Emma Carver, si vuelves a recordarme que estoy en cero otra vez te echo a ti y a tu amigo demoníaco de mi casa -expresó con rudeza aunque su imagen no lo aparentara.

Emma estaba tirada sobre la cama de Oliver, su cuerpo estaba boca arriba con sus pies en la cabecera y su cabeza donde deberían ir los pies. Decidió hace rato dejar que la sangre se acumulara en su cabeza al dejarla caer por el costado de la cama. Estaba cómoda aunque seguía pensando en todo.

Cuatro días estuvo con Oliver y tenía pensado seguir con él hasta terminar con Trial. Crowley aparecía de vez en cuando. En ese momento él estaba ahí mirando la investigación del de lentes.

-A mí no me involucres -comentó Crowley. A lo que Oliver simplemente respondió con otra mirada asesina.

Unos largos minutos pasaron. El silencio reinó en la habitación. Solamente se escuchaban los murmullos de Julie, la abuela de Oliver, y el sonido de las teclas al ser presionadas por él. Crowley se encontraba parado al lado de Emma mirando con rareza el cuarto del chico. Sus manos estaban ocultas detrás de su abrigo de color negro.

De repente desapareció dejando a Oliver algo exaltado ya que justo se daba la vuelta para decirles algo. Emma ya estaba acostumbrada a la ausencia repentina del demonio.

-¿Por qué sigue haciendo eso? -preguntó Oliver algo enojado-. No confío en él, Emmy.

Ella levantó los hombros-. Mi mamá confiaba en él.

Oliver no tocó el tema. La madre de Emma era un tema que debía tratarse con tiempo y paciencia. Emma, aunque no conociera mucho a su madre, la amaba incondicionalmente. Sabía que era hermosa, todavía guardaba memorias de ella en su cabeza, recordaba su voz y el carisma que irradiaba en todos. Aunque solo tuviera tres años, recordaba todo. Todavía no podía creer que fuera cazadora. Cuando no tenía ningún caso cerca del área, mientras Oliver buscaba lo que podía sobre el Libro de los Condenados, Emma leía el diario de su madre.