Entre El Ego De Ambos✓«Editada»

32. Es imposible que sea él ¿no?

Brooke

Llegué a Alemania hace unas 48 horas y estoy ordenando el apartamento mientras Dylan está en casa de mis padres vendrán mañana en la noche, hoy en la noche es la gala de la empresa para la que trabajaré, hace unas horas fui a la entrevista con Nicolás Roses (el director del área de ingeniería en sistemas), no me han contratado aún ya que tengo una entrevista con el director de la empresa pero aún así debo ir a la gala para interactuar con los demás compañeros de mi área y de la empresa, junto con algunos posibles socios, terminó de ordenar la habitación de mi hijo y me dirijo a la mía.

Me dirijo a la ducha y me despojó de mi ropa interior quedando desnuda frente al espejo del baño, mis ojos se mueven hacia un tatuaje de un ancla pequeña al lado izquierdo de mi cintura, me ducho, lavó mi cabello, lavo mis dientes y salgo del baño envuelta en una toalla, empiezo a buscar en mis maletas y luego de probarme quizás unos 16 vestidos termino eligiendo un vestido blanco escotado y ajustado a mi cuerpo que me llega por encima de las rodilla, junto a unos tacones dorados y un pequeño bolso, seco y laseo mi cabello, aplico un poco de máscara para pestañas y un labial rojo vino.

Tomó mi teléfono cuando se ilumina con una llamada, sonrió al ver de parte de quien es.

—Hola mamá.

—Hola cariño.

—Te extraño mucho mami.

—Yo también te extraño mucho mi vida.

— Te desearía suerte esta noche pero no la necesitas eres la mejor al final de cuentas soy tu hijo. Te amo mami.

Lo sé, lo sé re humilde mi hijo

¿Claro a quien se parecerá?

Mejor te ignoró

Sabes el porqué de ignorarme...

—También te amo cariño, nos vemos mañana.

Ignoro a mi conciencia mientras me despido de mi hijo.

—Adiós mamá, los abuelos te mandan saludos.

—¿Me pasas a tu abuela cariño?.

—Claro mamá.

Terminó de hablar con mi madre, salgo de la casa y llamo a un taxi el cual me deja frente al hotel.

***

Nils

Te iras al infierno por lo que estas haciendo.

No me importa, les pregunte unas diez veces y me dijeron que no querían saber el uno del otro, de todas formas te irías conmigo y contigo no existe forma de aburrirse.

Tienes un punto, así que iniciemos esta fiesta.

Camino hacia donde esta mi hermano, saludo a Elena con un abrazo y ella se despide dejándonos solos.

—Hola hermano—lo saludo con una sonrisa maliciosa.

—¿Como estas hermanito? —pregunta y sonrió.

—De maravilla—le respondo alegremente.

—Que bueno—responde y asiento con entusiasmo.

—Oyeeeee—alargó la palabra, llamando la atención de mi hermano.