- ¿Como puedes matar a tu propia gente? -. Dijo acercándose hacia aquel militar que le apuntaba.
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- No eres capaz se matar a nadie, después de todo -. Sonrió -. Son tu propio pueblo.
- No, ahí si te pelaste -. Declaró -. Ello...
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Cap 27.
— ¡¿Que mierda?! -. Grito USA atrayendo la atención de los que estaban en la sala.
Estos rápidamente al oír el grito del americano mayor salieron disparados a ver qué pasaba.
— ¿Por qué-? ¡Ah! -. Alejandro brinco del susto al casi pisar una de las cabezas de los sujetos -. ¡¿Quien dejó eso ahí-?! ¡Venezuela, Caracas! -. Su molestia paso a un segundo plano al ver a los mencionados ilesos.
Oh bueno, casi.
— Ngh -. Se quejo el caraqueño al sentir una punzada en su pierna derecha -. Malpariasea -. Refunfuño al notar sangre en esta.
— Verga, ¡Me dijiste que estabas bien! -. Chilló Venezuela al percatarse el también de la sangre.
— Tenemos que atenderlo rápido -. Dijo USA al salir de su shock.
— ¿Que nadie ve los cuerpos esos en el suelo? -. Pregunto Washington; siendo ignorando por todos.
Bufó por lo bajo, parecía ser el único que le interesaba eso.
Obviamente por estar pendiente de esto no se percató de la herida de Caracas.
Pero alguien más si.
— ¿Caracas? -. Pregunto preocupado el moscovita.
— Estoy bien, ni que me hubieran quitado una pierna -. Irónico comento; caminado hacia adentro de la casa, pero cojeando en el proceso.
— Te ayu- -. Pero antes de siquiera tocar al de orejas de león, este rápidamente se quitó del tacto.
— ¡Dije que estoy bien! -. Gruño, sus dientes volviéndose leves colmillos.
Mosco retrocedió unos pasos, lo menos que quería era incomodarlo -. Bien...
— Caracas, ya te dije que no fue tu culpa, déjalo -. Venezuela sabía que era lo que le pasaba.
Los demás no entendieron.
Pero en unos minutos lo harían.
O tal vez en unas horas...
— Eh -. El País petrolero fijo su vista en los presentes -. Ale, Miranda ¿Pueden ir con el? -. Pregunto con voz cansada, mientras se sujetaba el estómago.
USA no paso desapercibido este movimiento.
— Sisa, no te preocupes -. Alejandro acepto yendo tras de su capital. Resibio un "No hablas así vale" por parte de Venezuela, pero las palabras de este fueron ignoradas.
— ¿Puedo meterle un coñazo si se pone popi? -. Pregunto Miranda desinteresadamente, pero por dentro preocupado por ambos.
