II: El Club

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Una semana después...

Club "Afroditas"

04:30 am

Antonella

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Antonella

El gran día llegó.

Me aferro al caño de acero.

El traje se reluce mi cuerpo.

Mis glúteos resaltan mucho más con él.

Mis pechos están muy expuestos, me encanta.

Los tacones resuenan en el suelo de madera mientras ensayo una vez más la coreografía.

Me veo sexy.

Mi cabello se mueve a la par de mis movimientos.

Dias preparando este momento, dias ensayando hasta altas horas de la noche en el sótano de Bianca, donde vivo temporalmente desde que mi madre me echó de casa

Debo admitir que fueron días difíciles, muchas veces sufrí hambre, necesidad. Las horas en mi trabajo de la cafetería no son muy bien pagadas, sumándole que debía salir antes para trabajar más en el club y ensayar para el espectáculo de hoy.
Llevo días sin dormir bien, el sueño se amontona y los callos en los dedos son cada ves más. Me caí intentando mi truco final en el caño muchas veces, lastime mis manos y mis pies pero no puedo negar que esto es lo que me gusta hacer.

Todo esfuerzo tiene su recompensa, esta noche llegará la mía.

Las manos me sudan en el calentamiento, estiro bien mis músculos mientras Bianca me cuenta los chismes del club. —Se dice que hoy llegarán Rusos—Murmura colocándose sus tacones de baile. —, son hombres muy poderosos, Anto, pagan muy bien a sus bailarinas y hacen propuestas muy interesantes.

Me encogo de hombros. —Seguramente tengan fetiches raros, sádicos o algo así.

—¿Y eso que importa?— Grita riendo. —Si el dinero es interminable, no me importaría recibir un par de azotes y cosas raras, después de todo, se siente delicioso eso.

Sonrío estirando mis manos hasta llegar a mis pies. —No lo sé, no lo he probado aún.

—Amiga, no entiendo porque no aprovechas esa virginidad que te cargas y la explotas en billetes.

—Tal vez porque no quiero que me folle un viejo asqueroso.

–Un viejo con dinero, amiga, con mucho dinero, lo que más nos hace falta a nosotras.

—Prefiero morir de hambre pero con dignidad.

—¡Vamos! — nuestro coordinador entra en la sala. —¡Quiero que muevan todos esos culos y los lleven a la pista de baile, ahora! ¡El show esta por comenzar!

Las luces blancas nos apuntan a nosotras en el gran escenario, muchos hombres nos observan desde los sillones, desde aquí veo la zona V.I.P., allí solo hay hombres vestidos de blanco.

𝐏𝐔𝐓𝐀 © [𝟏] [N.H]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora