𝐏𝐔𝐓𝐀 © [𝟏] [N.H]

XI: Mamushka

Residencia Bulger

Antonella

No se como describir a mi cuerpo en este momento, no siento frío, ni calor, me siento en un jodido martirio donde no se cual será mi puto destino.

Niall me lleva sin soltar mi cabello, no me causa dolor, solo me mantiene firme hasta adentrarnos a una oficina.
No tengo demasiado tiempo para mirar, al llegar él me estampa contra una pared y me besa rudo, fuerte y firme.

Jadeo sobre su boca, solo por algunos segundos disfruto del beso, pero luego recuerdo como se follaba a una tal licenciada, según me dijo Meredith, en un pasillo.

Con ganas.

Y como lo hace conmigo.

Hijo de perra.

Dejo mis manos sobre su pecho apartandolo. Él se queja y vuelve a besarme. —¿Pensando en volver a escaparte de mis brazos, amor?— Vuelve besarme.—¿Que carajos tengo que hacer contigo? — Camina hacia adelante obligándome a retroceder hasta sentir el borde del escritorio sobre mi cintura baja.

Vuelve a besarme sosteniendo mis piernas y metiéndose entre ellas. —Espera...— Intento alejarlo. —, sueltame idiota.

Se aleja solo un poco. —¿Que te sucede ahora?

—No follare contigo nuevamente— Logro sentarme sobre el escritorio dejándolo atónito. —, eres un idiota si crees que voy a tocar tu asqueroso pene luego de que lo hayas metido por todos lados.— Acomodo mi falda y llevo mis pies al suelo, intento escapar, pero él me sostiene de la muñeca.

—¿Qué estás diciendo?

—Creí que eras más inteligente, Niall, o al menos que no me tomarías de estúpida — Mi enojo se siente en cada partícula de aire en esta oficina. —Eres tan patético..

—Cuida tu boca conmigo..— Interrumpe tomando mi mentón.

Me suelto de su agarre. —Y tú deja de comportarte como un adolescente estúpido, el cuál se esconde luego de regalarme una cartera porque es un maldito cobarde, un poco hombre..— Lo enfrento. —, eso es lo que eres Horan, para toda tu mierda de mafia puedes ser valiente, pero conmigo eres un cobarde...

Tensa su mandíbula. —Y tú —Se nota la furia en sus ojos —, tu eres solo una puta para mi a la cual reemplazo con facilidad.—  Me alejo de él sintiendo mis venas ardiendo en este momento.

Camino hacia la salida del lugar, pero antes logro visualizar muchas reliquias en un estante y no pienso al momento de tomar una. Sintiendo el orgullo herido como nunca antes, tomo algo que siquiera puedo visualizar y lo lanzo a una pared, logrando que se rompa en mil pedazos.
Antes de lograr irme, siento sus brazos tomarme por mi espada y estamparme contra la puerta de salida. Intento pegar con mis puños su pecho, pero me detiene tomando mis muñecas y presionandolas contra la puerta. —Cálmate.