𝐏𝐔𝐓𝐀 © [𝟏] [N.H]

XXVII: Unchained Melody

Residencia Principal Horan D'angelo

Antonella

Despierto adolorida en una cama, un cable se conecta a mi brazo y le transmiten un especie de líquido en una bolsa.

Me duelen hasta los ojos al momento de moverlos y decido mover de a poco los dedos de mis manos.

No hay nadie en la habitación más que un doctor vestido de blanco quien lee un artículo de diario, al verme, el hombre se acerca a mi. —Buenos dias, señorita ¿Cómo se encuentra?

—Bien.— susurro con dificultad. —Agua.. necesito.

Él asiente sirviendo un poco de agua de la botella que se encuentra en un carro de comidas.
No hay demasiado en el carro, solo una sopa, agua y servilletas.

Al volver me extiende el vaso y me ayuda a acomodarme para beber. —Bien— Toma su estetoscopio y lo acerca a mi pecho. —, con su permiso.— asiento. —, solo es un chequeo de rutina. — Acerca una luz a mis ojos y me revisa, luego coloca su termómetro bajo mi brazo y lo deja allí. —¿Te sientes mareada, con fatiga o algo parecido?

Niego. —Estoy mejor ¿No?

El aparato hace un ruido extraño y él lo toma. —Mucho mejor. — Sonríe. —Ayer en la noche la fiebre te presentó una pelea dura, pero al parecer eres una mujer fuerte.

—Lo soy..— Sonreímos.

—Daré aviso a mis superiores sobre tu caso, al señor le alegrará la noticia. — Se aleja de mi.

—Doctor.

—¿Si?

—¿El señor Niall estuvo aquí?

Asiente. —Se fue en la noche, luego de que te anestesiamos debido a tu ataque repentino de pánico.

Joder..

Suspiro. —¿Un ataque de pánico?

Asiente. —Has tenido dos desde el secuestro del que me informaron.

—Hace tiempo no los tenía.. — susurro. —, creo que desde los 15 años.

—¿Jamás acudiste a un especialista? ¿O tu madre?

Niego. —Ella lo sabia, pero jamás me envió donde un psicólogo.

—Bien,  intentaré hablar con mis superiores para que te receten unas pastillas ¿De acuerdo? — Asiento. —, bebe más agua..

Sonríe alejándose con su móvil.

Solo unos pocos minutos más tarde la puerta se abre, dejando entrar al castaño Irlandés serenamente en la entrada de la habitación. Ellos murmuran lejos de mi algunas cosas y luego el hombre de blanco se retira.

Niall se queda en silencio, se toma el mentón pensando mientras mira a la ventana y luego voltea caminado hacia mi.
Volteo mi rostro para el otro lado, ignorandolo. —El doctor dice que lograste vencer a la fiebre en tan solo una noche y ésta desapareció como por arte de magia.— Sonríe.