EXTRA
Antonella
Me siento intimidada por la presencia de hombres caminando a mi lado y sobre todo por él, el tal Niall camina a mi lado en silencio y serio, como todas las veces que nos vimos.
El pasillo de un edificio llega al final y él abre la puerta de lo que parece ser un departamento.
-Adentro.
Solo me limito a obedecer. Al entrar en el departamento llevo mis manos hacia adentro del abrigo que me ofreció Niall al bajar del auto.
El ambiente es tenso cuando nos encontramos solos, aquí adentro no hace tanto frío como afuera.
Se escucha la puerta ser cerrada con llave, me quedo en mi lugar mientras se quita el saco y lo lanza al sillón. -¿Bebes algo?-¿Por qué me trajo aquí?
Me ignora, se acerca a un mueble de madera y toma una botella de Whisky, lo sirve en un vaso y vuelve a mi. -Pregunté si bebes, Antonella.
Joder, está muy cerca de mi, tanto que siento nervios en mi estomago.
-No bebo alcohol - Mi mirada llega a sus labios y remojo los míos deseando volver a besarlo. -, nunca lo hice.
Sin dejar de encadilarme con su mirada, bebe un corto trago y camina por mi alrededor.
Se detiene detrás de mi.
Su boca llega a mi oído, suelto un suspiro. Él levanta el vaso y lo acerca a mi boca. -Bebe.- descargas eléctricas recorren mi cuerpo cuando susurra en mi oído.
Abro la boca, él acerca solo un poco el vaso, moja mis labios, me deja beber muy poco y lo aleja de mi. El sabor del Whisky recorre mi paladar, mi lengua, mi boca, es fuerte y quema cuando pasa por mi garganta. -¿Te gusta?- Una de sus manos llega a mi abdomen y me acaricia lentamente.
-¿Que quiere de mi?- Suelto un suspiro.
-Quiero algo muy placentero, para ti, para mi - Corre mi cabello hacia un lado para tener más acceso a mi cuello y dejar un beso caliente ahí. -, quiero que seas mi puta, Antonella.
-Tu puta..- repito.
Él voltea mi cuerpo, me toma de la cintura posesivamente. -No te faltará nada, se mi sumisa, te quiero para mi, a mi disposición todo el puto día. - Acaricia mi mejilla.- Eso es lo que quiero de ti.
-¿Como crees que pueda hacer eso?- Hablo hipnotizada por su mirada penetrante.
-Si yo te digo - Camina hacia adelante, obligándome a retroceder dos pasos. Acaricia mi abdomen con la palma de sus manos y busca mi oído con su boca.-, quítate las bragas, Antonella. - Muerde el lóbulo de mi oreja. -Hazlo.
Me siento tan intimidada.
No me deja pensar con claridad, mi corazón late desenfrenado y sin pensarlo, llevo mis manos por debajo de mi falda y bajo lentamente mis bragas.
Él suspira sobre mi cuello, está resistiéndose. Vuelve a buscar mis ojos para mirarme, baja su mirada solo unos segundos y ve las bragas en el suelo. -¿Por que lo hiciste?
-No lo sé.- Suelto.
-Quieres ser mía, doncella, quieres ser mi puta.- me toma de los brazos.
Muero por serlo, se nota mi atracción por él a Kilómetros, pero una voz en mi inconsciente me grita que no lo haga. No puedo hacer esto, no puedo.
¿Que sería de mi dignidad?. No pienso ser solo una puta para que me use cuando su pene esté caliente.Intenta acercarse nuevamente a mi cuello, pero lo detengo. -No puedo hacerlo, no puedo hacer eso, lo siento.
-¿Por qué?
-¿Por que me quiere a mi?- Devuelvo la pregunta.
-¿No está claro? - niego. -Joder, Antonella, me calientas más de lo que puedes imaginar.
-No perderé mi dignidad.
-No te pido eso.
-Lo haces. - Llevo mis manos a su pecho y lo alejo. -Debo irme, lo siento mucho.
Dejándolo a un lado busco mis bragas, mi cartera, tomo la llave de la puerta y abro la puerta. Lo primero que hago es escapar, camino rápido intentando alejarme de él, sintiendo algo extraño en mi pecho.
Joder, joder.
Entro al ascensor, tomo mi móvil y marco el número de Bianca.
Le suplico que llegue a buscarme, ella me pide que le envíe la dirección. Espero fuera del edificio unos minutos hasta que al fin llega ella por mi.-¡Sube!- Grita desde su auto. Corro a ella y abro la puerta del asiento del copiloto. -, ¿Que sucedió?
-No lo sé -Respondo angustiada. -, mi madre no quiso abrirme la puerta de casa cuando llegué de la cafetería.- Suspiro. -Ese hombre apareció nuevamente...
-¿El millonario sexy?- Pisa el acelerador con sus manos al volante.
Yo asiento. -Me propuso algo...
-¿Que?
-Ser su puta.
-¿Quien se cree este desgraciado?- levanta su tono de voz. -, cree que por ser un millonario y probablemente mafioso puede tratarte como quiere. ¿Eh?
-Eso parece- frunzo mi ceño. .-Me ofreció lo que sea.
-¿Y que hiciste?.
-Me escapé.- Ambas soltamos una risilla.
-Bueno, suficiente telenovela de millonarios como fetiches extraños.- Estaciona frente a su casa. -Debemos ir al club.
Le doy la razón, ambas bajamos de su auto y nos adentramos a su casa, esta noche regreso a la pista donde conocí a Niall la última vez que fui, pero esta vez me aseguraré de no caer en los halagos de ningún hombre que tenga fetiches raros.
Aunque, joder, que sexy es ese millonario con fetiches raros.