𝐏𝐔𝐓𝐀 © [𝟏] [N.H]

XXX: Insaciable

Milán, Italia

Días más tarde..

Antonella

Jugar con los sentimientos de los hombres jamás fue una opción para mi.

Cuando era pequeña, fantaseaba con la idea con casarme. Con un vestido blanco, lujoso, de revista..
Casarme con un hombre guapo, formal. Tener muchos niños, incluso más de los que debería..

Tal vez unos cinco..

Y tenía muchas muñecas bebés, las cuales arropaba en mi cama como si fueran mis hijos.

Era una niña inocente, pero era feliz.

Y todos eso terminó cuando ésta locura dio a lugar en mi vida.

Me enredé entre los brazos fuertes de un hombre peligroso, comencé a querer a alguien que no debía.
Alguien mayor, alguien a quien la vida le hizo mucho daño y no estaba preparado para querer a nadie.

Dolió, demasiado.

Lloré como nunca niña desconsolada.

Como cuando una de mis muñecas bebés se perdía.

Pero aprendí.

Aprendí que no debo volver a recordarlo, no debo volver a pensar en él.

Jamás debería haber mezclado mis sentimientos con alguien quien siempre me aclaró que lo de nosotros era solo calor.

Y eso está perfectamente, de hecho puedo hacerlo también.

Debo dejar de jugar a la niña probrecita que es lastimada por todos.

A partir de ahora no dejaré pasar no un error.

Y en eso estoy.

Cobrando una cuenta que mi madre me debe hace tiempo.

Con su novio, Michael, quien me follo a escondidas la mayoría del tiempo y en su propia casa.

Por hija de puta.

Por otro lado, está Peter, quien resultó ser más frío e hijo de puta de lo que creí.

Me sostiene las piernas a cada lado de su cuerpo. —Abre la boca.

Lo obedezco sacando mi lengua hacia afuera.

Él toma la pequeña pastilla y la deja sobre mi lengua.

Cierro la boca y la trago. —Buena chica..

—¿Te gusto así?— Pregunto tocando mis pechos desnudos sentada encima de su regazo.

—Eres muy linda.. ¿Lo sabías?

Sonrío. —Lo sé, también lo eres.

El hotel no es para nada sencillo, debo admitir que Peter se la jugó esta vez.