Finca de Leinster
10:30 am.
Antonella
No hay nadie en la casa.
A excepción de Meredith, quien está en el borde de la piscina con su brazo vendado.
—Meredith..— Camino hacia ella hasta sentarme a su lado. —¿Estas mejor?
—La que no está bien eres tú... ¿Has visto tus ojos?
—Estás atenta.— hundo mis pies en el agua y los muevo.
—¿Que sucedió?
—Le he dicho todo lo que me sucede con él.
—¿Y te rompió el corazón?
—Algo así..— Suspiro. —¿Te duele el brazo?
Niega. —me molesta no poder asistir a los operativos.
—¿Están en un operativo?
Ella asiente. —Cerrarán tratos con un país Árabe.
—¿Y Bianca?
Meredith me mira seriamente . —Creí que estaba consolandote a ti.
Ambas nos ponemos de pie. —No la encontré por la casa, Meredith..
Entramos a la casa, buscamos a Bianca por absolutamente todos los cuartos, incluso, como si no fuera obvio, Meredith la busca en la habitación de nosotras.
El llanto del bebé nos pone alerta en el pasillo.
Meredith lleva su dedo índice a la boca para indicar que haga silencio, toma su arma y le quita el seguro silenciosamente.Me indica hacer silencio hasta llegar a la habitación que se nos pasó al buscar.
La habitación de Finn.
De una patada fuerte logra abrir la puerta y apunta dentro.
Tommy está solo, en su cuna, llorando.
Corro hacia la cama para cargarlo en brazos. El niño llora sin detenerse mientras Meredith verifica que nadie esté dentro de la habitación, mira por la ventana apuntando a todos lados, pero no encuentra nada.
La observo tomar su móvil y escucho como le explica a Finn que sucedió.
—Dice que viene en camino. — Me dice al cortar la llamada. —Debemos quedarnos aquí. —Cierra la puerta con seguro.
Asiento.
Intento calmar al niño de todas formas, pero pareciera que Tommy sabe a la perfección que sucedió con su mamá y no deja de llorar.