2. El sentimiento es mutuo

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Capítulo 2.

La jornada escolar había terminado por hoy, Caleb ya me había llevado hasta el apartamento y lo siguiente que tenía que hacer era ir a buscar trabajo.

—¡Mamá ya me voy! —grite para que me escuchará donde fuera que estuviera.

—¡Vale cariño!

En cuanto salí baje las escaleras con un poco de pereza, solo habían pasado unos veinte minutos desde que llegue y estaba bastante cansada, pasarme todo el día sentada escuchando como los profesores parorlotean sin parar y tener que aguantar gente que no me gusta sin duda era agotador.

Mi teléfono vibró en el bolsillo de mis jeans, lo he tenido en silencio todo el día por la escuela y se me olvidó volverle a subir el volumen.

Lo saqué y ví el nombre iluminado en la pantalla: King Joey.

Oh, yo y mis nombres, aunque en realidad lo de "King" me obligó a ponérselo él

—Zorraaaaa —me saluda con alegría.

–Amooooorrr

Como ya dije Joey es uno de los dos únicos amigos que tuve en Daxon City, es una persona con una forma de ser bastante complicada, una mezcla de Stella y mía, mientras que ella es todo dulzura y súper amable, yo solo vivo para decir groserías y ser insoportable con casi toda la humanidad.

—No te vas a creer lo que me ha pasado hoy —chilla desde el otro lado del teléfono.

—Has conocido a Matthew Daddario.

—Ojála —me lo imagino echándose aire con la mano y con una expresión dramática en el rostro, 100% Joey.

—¿Entonces?

—Se. Me. Han. Declarado —hizo una pausa después de cada palabra.

—¿Quien? Cuéntame todo y exagera.

Mientras el suelta un suspiro yo entro al auto y apoyo la cabeza con cansancio sobre el respaldo del asiento. No es que tenga muchas ganas de conducir pero no me gusta sentirme inútil y necesito ayudar a mamá con los gastos, por lo tanto tengo que buscar trabajo ya.

—Bueno, me dices o qué —incisto cuando pasan los segundos y el no dice nada

—Espera chismosa, déjame hacerle la entrada dramatica a la noticia.

Ruedo los ojos.

—Entonces... —lo anime a hablar.

—¡Connor se me ha declarado! —exclama con un tono ilusionado que hace que abra los ojos sorprendida.

«OMG»

Eso no me lo esperaba

—¿Cómo? ¿Cuándo? ¿Que te dijo? Dime todo Joey.

—¡Bebé! —una tercera voz que reconocí como la de Stella nos interrumpe.

—¡Belleza! —salude de vuelta.

—¿Qué tal estas?

—Bien ¿Y tú?

—Bien ¿Regina y Emily?

–Igual están bien, ya sabes...

Joey carraspeó.

—Perdonen señoritas pero estaba dando el chisme del año y ustedes me han interrumpido ¿Puedo continuar?

Stella y yo asentimos con un sonido nasal.

Deje el celular sobre el asiento del copiloto colocándolo en alta voz, se que está conversación es para rato.

¿Y si te llego a querer?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora