5. ¿Tensión sexual?

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Capitulo 5.

Está semana estaba llendo muy pero que muy rápida, en un parpadear el calendario ya marcaba jueves y a mi los días se me iban como agua entre las manos. En realidad con tanto ajetreo era imposible darse cuenta del tiempo y cuando me quise dar cuenta ya casi se habían cumplido dos semanas desde que volví a esta ciudad.

Había conseguido mentirle a Ernest diciéndole que mañana necesitaba irme temprano ya que tenía que cuidar a mi hermana ¿Estaba mal? Si, pero era una simple mentirita de nada, era muy considerado que a pesar de llevar poco tiempo trabajando aquí el señor Willis me dejara salir tan rápido.

—¡Que alguien vaya a la mesa ocho! —grita Josh entrando a la cocina con un montón de vajilla sucia, sacándome de mis pensamientos.

Hoy la cafetería está más llena que nunca. No paramos de entrar y salir a la cocina sin parar llevando platos con comida y trayendolos de vuelta sucios y vacíos. El olor a queso derretido y carne cocinandose llenaba la estancia, ahora mismo me encontraba preparando un licuado de chocolate que me habían pedido hace un par de minutos, trabajar aquí solo hace que mi apetito crezca.

—Voy yo —Noshua es el que se ofrece saliendo de la cocina con su libreta y lapicero en mano con la misma energía que tengo yo por las mañanas.

Al fin se de donde me resultaban conocidos esos ojos y su actitud un poquito insoportable, aunque debo admitir que Noshua me cae muchísimo mejor que Nathan y extrañamente tengo mucha curiosidad por saber más de él. Según tengo entendido Noshua tiene dieciséis, se supone que debe estar en la preparatoria, y dado que su hermano también lo está supuse que el también estudiaría en Stealy College, aunque bueno yo nunca lo había visto por allí.

Después de ese pensamiento por desgracia mi mente se desvía a Nathan, y tan solo con recordar lo que le hizo a Audrey hace que me enfurezca, no es que la chica me caiga bien pero sin duda una traición viniendo de alguien que quieres no se lo merece nadie.

Aún no entiendo cómo puedo llegar a exasperarme tanto tan solo con que una persona respire mi mismo oxígeno, no había experimentado ese sentimiento hasta que lo conocí a él. Hace unos días atrás casi quise patearme a mi misma cuando de repente por mi mente paso la idea de que si el no fuera tan insoportable me le hubiera insinuando, no para algo serio —no estoy interesada en ello—, pero si tal vez solo para pasar el rato de vez en cuando, el es muy guapo y no puedo negarlo pero para mí la personalidad es mucho más importante que el físico.

Termino de preparar la malteada y salgo de la cocina, enseguida me recibe el bullicio de varias personas hablando a la vez, el tintineo de vajilla chocando y una canción de los Rolling Stones que suena de fondo a un volúmen ni tan alto, ni tan bajo pero eso solo sirve para confirmar mi teoría de que hoy sin duda saldré con dolor de cabeza de aquí.

La persona que pidió la bebida me agradece por ella cuando se la doy, es un chica de ojos azules que debe ser un par de años mayor que yo, la escucho hablar por teléfono y menciona el nombre de dos chicos sin parar entre risas.

—Que si Dylan mañana iré para allá, dile a Liam que no sea tan pesado —le escucho decir mientras me alejo.

La verdad es que en el tiempo que llevo aquí he visto de todo, peleas de pareja, niños llorando y gritando mientras sus madres histéricas los regañan, adolecentes a las que se le alteran las hormonas cada vez que las chicas o yo atendemos su mesa, los de él superpoder de hablar por teléfono y hacer varias cosas a la vez —como esa chica a la que acabo de atender— y sin duda los típicos que tienen un humor de perros y vienen a pagarlo con los camareros.

Estoy al punto de entrar nuevamente a la cocina cuando algo capta mi atención, y no es cualquier cosa si no...

Noshua y Nathan.

¿Y si te llego a querer?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora