17. El arte de no hablar

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Capítulo 17.

Rebecca

—¿Que haces aquí?

A pesar de haber hablado mi mejor amigo sigue el recorrido del auto que acaba de arrancar de brazos cruzados, cuando desaparece de su vista es que se digna a mirarme y hubiera preferido que no lo hiciera.

—¿Quién era ese?

Siento como si mi cerebro tarareara una y otra la canción de «ojála me lleve el diablo». Miro de un lado a otro sin saber que decir. Abro la boca pero vuelvo a cerrarla y Caleb me mira cada vez más impaciente.

—Nadie.

Cruza los brazos.

—Conozco ese coche, Rebecca.

—Que no es nadie —intento irme por su costado y subir las escaleras pero me toma del brazo con suavidad.

—Becca...

—Caleb tengo que subir —le digo—. Dentro de media hora tengo que ir a trabajar y voy a llegar tarde.

El me suelta pero yo me quedo en mi lugar, suspira dándose la vuelta en su escalón para quedar frente a frente conmigo, gracias a qué estoy un escalón más arriba no me siento como un pitufo a su lado.

—Perdón —murmura—. Solo recuerda lo que dijiste ¿Vale?

No me gustaba mentirle, Caleb era una de las personas más importantes de mi vida y hacer algo como eso no era solo una traición para el si no también para mí misma.

Yo asiento sin poder mirarlo a los ojos.

—Como sea —sonrio intentando relajar el ambiente— ¿A qué se debe tu visita?

Se encoge de hombros.

—Hoy casi no nos vimos en la escuela y llevamos tiempo sin pasar tiempo juntos.

Lo tomo del brazo impulsando su cuerpo de 1.80 cm para que suba junto a mi las escaleras.

—¿Por qué no vamos por el ascensor? —me pregunta ceñudo.

—Esta roto —le digo.

—¿Cuando no?

Era una verdadera tortura tener que subir los cuatro pisos hasta mi apartamento pero mientras no arreglaran el ascensor estaba condenada, y por lo que veía los vecinos aún no se habían puesto de acuerdo para arreglar el problemita.

—Bueno sobre lo de que no pasamos tiempo juntos —murmuro—. Ahora tengo que ir a la cafetería pero cuando salga podemos ir al cine o a algún bar no lo sé, como quieras, podemos invitar a los chicos.

—A la hora que sales, Becca, despúes de trabajar y dar clases todo el día lo menos que vas a querer es salir —sonrie con obviedad.

Resoplo, tiene razón.

—Mindy, Jay y yo íbamos a ir a Nestery a molestarte un poco —dice segundos después y yo vuelvo a sonreír contenta por sus intenciones—. Vine a ofrecerme para llevarte, ellos irán dentro de un rato.

—¡Ah, claro!

Cuando llegamos a mi apartamento el ambiente está como siempre y me siento aliviada. Me daba miedo que Caleb continuará con el tema de Nathan, no quería tener que darle alguna escusa, sabía que de lo que sea que tengo con el no se puede enterar nadie. Caleb es mi mejor amigo pero se que ni loca se lo puedo contar.

Tampoco a Jay, ya sabemos porqué. Si se lo digo a Mindy ella se lo contaría a su novio. Joey y Stella me echarían en cara lo de como jure odiarlo y ahora me estoy enrrollado con él, y no me lo dirían de mala manera si no en broma y eso me molesta aún más porque se cuan patético es esto.

¿Y si te llego a querer?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora