¿Y si te llego a querer?

10. La chica Venus

Capítulo 10.

Nathan

Odio el calor.

En serio no entiendo a las personas a las que le gustan las temperaturas altas, eso de andar sudando todo el rato y sentirte como si derramarán lava sobre tu cabeza era de lo peor, y eso era justo lo que estaba sintiendo.

Pero claro si te pasabas más de media hora corriendo de un lado a otro como consecuencia eso me haría brillar tanto como ahora a causa del sudor.

Había acabado de terminar la clase de deporte, y yo sentía que estaba respirando gas butano y no simple aire, las piernas las sentía entumecidas y sentía comezón en mi frente y cuello gracias a mi cabello sudado pegado a estos.

Sentí como alguien se tiraba a mi lado en el banco, yo tenía la cabeza arrecostada a la pared con los ojos cerrados intentando controlar mi respiración agitada.

«Jodido profesor de deporte»

—Eres un flojo —se burló Ashton dándome una palmadita en el pecho descubierto.

—Me duele la cabeza, cállate.

—Quien diaria que el macho pecho peludo de Nathan Harvey se cansaría tan fácilmente con una simple clase de deporte —me ignora y sigue con su burla.

Le doy una mala mirada y el me ignora, no puedo creer que mientras yo estoy muriendo por el sofoco el está como si nada, aunque bueno supongo que al ser el capitán del equipo de baloncesto de la escuela está acostumbrado a entrenamientos más intensos.

Se da un trago largo de una botella de agua que no se en que momento busco, me la ofrece y casi le arranco la mano de lo rápido que la tomé.

—A alguien le afecto mucho la clase —Max un chico moreno de más de 1.70 de altura se sienta a nuestro lado con el mismo nivel de agitación de Ashton.

—Mejor ni le hables —dice mi amigo pelirrojo—. La clase lo tiene con un humor de perros.

—¿Cuando no? —luego de que Max dice eso ambos rompen en carcajadas mientras yo termino de beber el agua y les lanzo encima los restos dentro de la botella, se quejan pero no dejan de reír.

Max no es de mis amigos más cercanos pero nos llevamos medianamente bien, nos conocemos desde primero y compartimos un par de clases juntos además de la maldita clase de deporte.

—Oye Harvey, eres un cabron suertudo —la voz de otro chico hace que inspeccione el lugar buscando a la persona que hablo, encontrándome con un rubio que si mal no recuerdo se llama Adam.

Mi cara de confusión por su comentario lo hace continuar hablando.

—Lo digo por esta chica rubia bajita, que está tan buena ¿Cómo se llamaba? —mira a Max y este frunce el ceño pensando.

—Era algo con R —le dice.

—¿Rebecca? —esta vez el que habla es Ashton.

Me tenso al escuchar ese nombre.

—¿Que pasa con ella? —cuestiono serio.

—¡Venga! No te hagas el que no sabes de qué te hablo —exclama Adam con una sonrisa cómplice—. Todo el mundo sabe que te la estás tirando.

«¿Qué?»

—¿Qué?

—Te lo tenías bien escondido —Max me codea.

—Me han dicho que se ha follado a casi todo el equipo de natación —agrega Adam.

—Si, es una zorra de las buenas.