18. Ese es el problema

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Capítulo 18.

Nathan.

—En la clase de hoy estaremos hablando de uno de mis temas favoritos de la física...

Dejé de escuchar.

El aula estaba sumida en un profundo silencio, todo el mundo concentrado en lo que el profesor Gerald había comenzado a decir cómo si fuera lo más importante del mundo. Claro habían sus excepciones, yo era una de ellas.

Si miraba a un lado me encontraba a Ashton dándose miraditas descaradas con la misma chica con la que se estaba besuqueandose el día de su cumpleaños y que ahora estaba sentada a un lado de nuestra mesa. Si miraba hacia al lado contrario me encontraba a mi "novia" con sus dos amigas cuchicheando a saber de qué.

Me preocupaba el hecho de que Audrey no se ha acercado a mi, ella siempre es la primera en dar el primer paso para arreglar las cosas y que su. No haya movido ni un dedo es un hecho extraño. Me estruje las ojos antes de mirar a la persona que estaba en la otra punta del aula, justo al final y sola. Miraba algo debajo de la mesa y pronto me di cuenta de que era su celular.

Traía el pelo recogido en una coleta baja y varios mechones se le escapaban colgando a los lados de su cara, últimamente usaba muchos los lentes y la verdad, cuando la ví por primera vez no pensé que sería del tipo de persona que los necesitara ni mucho menos que le quedara tan bien.

El otoño se estaba haciendo sentir, el aire batía fuerte y los días ya no eran tan calurosos por lo que ya era casi obligatorio traer un abrigo encima, y el de color oscuro que ella traía le quedaba fenomenal. No me gustaba el frío. Me daba dolor en los huesos, era un viejo de setenta años encerrado en el cuerpo de un adolescente de diecisiete en estos tiempos.

Saque mi celular de la mochila y lo coloque sobre mi pierna dudando un poco por primera vez. No habíamos vuelto a besarnos ni nada parecido desde el día en que casi nos atrapan, pero habíamos compartido muchas miradas, miradas que me daban un calor intenso. Desde hace rato todo era así con ella; abrasador, sofocante, atrayente... Rebecca era una bomba atómica luchando por explotar y llevarme al infierno de paso.

Yo: Concéntrate en la clase Mitchell.

Espere unos segundos antes de mirarla de reojo. Sonrío sin levantar la mirada, solo lo hizo cuando me respondió.

Rebecca: ¿Que haces tú qué no estás atendiendo?

Yo: Cerciorandome de que todos los estudiantes atiendan la interesante clase.

Rebecca: No, solo estás pendiente de mi.

Yo: No te lo creas tanto.

Rebecca: Me has dado razones para hacerlo.

Vuelvo a mirarla y está vez la encuentro mirándome directamente a mi, con esos ojos castaño claro y el cabello rubio enmarcandole la cara. No me extraña sentir está atracción ahora, excluyendo lo de nuestra anterior relación, pero Rebecca era guapísima y estoy seguro que si no hubiéramos empezado con tal mal pie está aventura habría comenzado antes.

Cuando la clase acaba minutos después, estoy deseando que todo el mundo salga para detener su paso y arrinconarla contra la pared. Y así lo hago, me despido de Ashton y me quedo sentado en mi silla, se que ella dijo que en la escuela no podía volver a pasar, pero no podemos ir a su casa y ella no quiere ir a la mía, y sinceramente me estoy muriendo por comerle la boca otra vez y apretarle la piel hasta marcarla.

Ella sabe lo que hago por lo que también se queda. Me pongo de pie cuando solo quedamos ella y yo, y aún con la mochila en el hombro camino hasta el frente del salón donde ella me espera con la espalda pegada en la pared al lado de la puerta.

¿Y si te llego a querer?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora