Capítulo 11.
Rebecca
Abro los ojos y la luz se adentra de lleno en ellos causando que los vuelva a cerrar. Parpadeo con lentitud hasta que consigo acostumbrarme a él brillo que desprende la lámpara del techo, apoyo ambos antebrazos en la cama despegando mi espalda de la cama y busco con mi mirada mi celular, un tintineo repetitivo y melódico me indica que alguien me está haciendo una videollamada.
Al final lo encuentro en el suelo tirado sobre el uniforme de la escuela, el cual me quite nada más llegar y no me moleste ni siquiera en meter en el sesto de la ropa sucia.
En la cama me rodean un montón de libros con fórmulas, conceptos, ecuaciones y más fórmulas, dios santo como odio química, y tener que estudiar toda una tarde para un maldito exámen solo hace que me dé dolor de cabeza.
Recojo el celular y observo la foto que ocupa toda la pantalla, un Jeoy sonriente junto a su nombre de contacto parecen estar gritándome que conteste ya o me arrepentiré.
—¡Zorraaaaa! —su grito alegre me saca una sonrisa boba y eso acompañado de mi cara adormilada me hace ver demasiado rara.
—Hola mi rey —lo saludo con voz ronca.
—Me tienes muy abandono Rebecca.
Sonrío otra vez pasandome una mano por la cara y en lo que el se ríe al igual que yo aprovecho para recostarme en el cabecero de la cama.
—Lo siento por eso corazón de melón —pronunciar ese apodo hace que un cosquilleo agradable me recorra el pecho—. He estado muy ocupada, entre el trabajo en la cafetería, cuidar a Emily en mis tiempos libres e ir a la escuela no tengo tiempo para nada.
—Tranquila Becca, yo entiendo —hace silencio un segundo antes de continuar con una voz entre burlona y tierna—. Hace mucho tiempo que no me decías corazón de melón.
Volví a sonreír cuando sentí el cosquilleo en el pecho, ese apodo me traía muchos recuerdos de mi niñez, papá solía decírmelo mucho y aunque tal vez suene un poco tonto yo lo adoraba.
Pero de alguna forma luego de que murió, comencé a decirle ese apodo a las personas que tenían un lugar especial en mi vida. En realidad yo fingía odiar que me llamara así pero los dos sabíamos que eso no era cierto ¿El porqué de decirle a los demás un apodo tan nuestro? Pues porque papá no era muy cariñoso, demostraba su amor de otra forma y llamarme así era una de ellas, y como en ese aspecto soy tan igual a él pues también lo digo, todos los que me rodean saben que mi forma de demostrar amor es con apodos tontos, además esa también es una forma de tener siempre presente a papá.
—Si, me he puesto romántica —digo—. Pero bueno dime ¿Cómo estás? ¿Cómo te va con el señor Connor?
Su suspiro profundo resuena por la vocina. Su expresión lo dice todo.
—Pues estamos juntos y muy bien, el es un chico maravilloso...
—Pero...
—Le da miedo salir del armario —completa la frase—. Y yo puedo entenderlo Becca, se que es difícil para el, es su primera relación con un chico y lamentablemente la sociedad en la que vivimos juzga todo lo que para ellos no es algo común o lógico, estoy cansado de esa mierda y yo sinceramente estoy enamorado hasta las trancas —hace una pausa—. Le da miedo la reacción de sus padres y también la de sus amigos, es complicado, y esperaré todo lo que sea necesario para que se atreva a liberarse, pero el que ambos no podamos estar juntos como una pareja normal solo por la opinión de la gente retrogada y estúpida me jode demasiado.
Inevitablemente me sentí muy mal por él.
—Oh mi Joey —es lo primero que digo—. A mí también me jode mucho eso, lamentablemente la sociedad es así y sera muy difícil cambiarla, sabes que soy pésima dando consejos pero solo te diré que si el en verdad te ama hará lo que sea para que puedan estar juntos y si no es así, iré personalmente a Daxon City para darle la paliza de su vida.
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¿Y si te llego a querer?
RomanceRebecca Mitchell es una chica que a simple vista te puede parecer dulce e inocente pero bien se dice que no se puede juzgar a un libro por su portada, y ella es un claro ejemplo de eso. Orgullosa, preciosa, de carácter hermético y tal vez un poquito...