Capítulo 30.
Rebecca.
Jamás se me pasó por la cabeza que podría pasármela tan bien en una fiesta como esta. En serio no recordaba cuando fue la última vez que baile y me rei tanto, y el tener a Joey y Stella aquí me ponía más feliz. Ambos parecían llevarse bastante bien con los demás y eso me provocaba satisfactorios sentimientos en el pecho, unos que me ponían aún más feliz.
Los observaba a todos bailar desde uno de los sillones que habían instalado, estaba empapada en sudor, con la respiración acelerada y el cabello de la peluca pegándose a mi nuca. Todos estaban innegablemente borrachos —a excepción de Jay—, y eso hacia que fueran más imperativos que de costumbre por lo que me estaban dando todo un espectáculo.
Suspiré pegando mi mejilla en le respaldo del sofá con los ojos cerrados. En serio estaba cansada. Cuando volví a abrirlos sentí que mi estómago daba un vuelco.
Habían un chico sentado en el sillón frente mío con una chica sentada sobre sus piernas que le besaba el cuello mientras el sonreía. Me quedé paralizada sin saber como sentirme, si enojada —aunque no tenía derecho—, feliz o sorprendida. Los ojos azules del chico se posaron en mi y su sonrisa se apagó un poco.
Desvíe la mirada incómoda deseando entretenerme con cualquier otra cosa y no tener que mirarlos a ambos, pero fue aún más difícil cuando la chica se puso de pie y desapareció entre la multitud, me atreví a mirarlo otra vez y para entonces el ya estaba sentado al lado mío.
—Es muy linda —es lo primero que se me ocurre decir.
—Lo sé.
Retuerzo los dedos sobre mi regazo y tomo una respiración profunda.
—Oye Log...
—Si vas a disculparte...
—Lo siento.
Está vez el es el que respira profundamente como si no hubiera querido que dijera eso y se gira hacia mi.
—No vuelvas a hacer eso —advierte y yo no puedo sentirme más confundida—. No tienes que disculparte por no haber correspondido mis sentimientos.
—Pero tú...
—Se lo que dije —me interrumpe—. Y lo siento.
—Tu tampoco deberías disculparte, tampoco es que yo fuera muy clara —tomo una respiración profunda—. Aunque no lo creas, aunque me haya comportado fatal, siempre vas a ser importante para mí Log y me dolería mucho perderte.
Logan clava sus lindos ojos azules en mi y me regala una tierna sonrisa.
—Tampoco quiero perderte.
—Entonces... —hago una pausa y extiendo mi mano— ¿Amigos otra vez?
Logan toma mi mano y me jala hacia el estrechándome en un cálido abrazo.
—Nunca hemos dejado de serlo tonta.
Sonrío mientras lo abrazo con fuerza y un confortable sentimiento se extiende en mi pecho, casi lloro de el alivio porque la idea de que Logan me alejara por culpa de mis estupideces me estaba matando.
El abrazo se termina y yo lo observo con curiosidad.
—¿Por cierto de quién estás disfrazado? ¿Scott McCall?
El se rie mientras niega.
—Sabes que siempre he preferido a Derek.
—Eso es porque eres un tonto.
De repente un cuerpo femenino se queda de pie frente a nosotros, levanto la mirada encontrándome a la chica que acompañaba a Logan hace unos minutos observándome con curiosidad.
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¿Y si te llego a querer?
RomanceRebecca Mitchell es una chica que a simple vista te puede parecer dulce e inocente pero bien se dice que no se puede juzgar a un libro por su portada, y ella es un claro ejemplo de eso. Orgullosa, preciosa, de carácter hermético y tal vez un poquito...