Un momento sentimental

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SIMON

Ya había estado aquí y he igual pasado unas noches aquí. Es un escándalo cuando todos están en sus habitaciones jugando videojuegos, juegos de mesa o a todo volumen con bocinas. Huele mucho a sudor, ropa sucia y a baño con un toque de desodorante. Pude notar en el rostro de Ilse  que odiaba ese olor --Es como oler caca con un toque de desodorante... caca tropical--. Eso si, nadie nos ayudo esta vez a bajar mis maletas ni nada, así que tenía a Ilse cargando mi ropa mientras yo cargaba mi consola de videojuegos. Noté que August estaba en una de las habitaciones con puerta abierta, me vio y era de esperar que no nos ayudo.  A Ilse se le cayó una bolsa llenas con mis plumillas de guitarra, tengo una colección así que se esparcieron por todo el lugar.

--Yo te ayudo, yo te ayudo-- salió Wilhem corriendo a levantar parte de mis plumillas y ayudo a Ilse con una maleta--¿En dónde es?-- percibo que esta una manera muy fácil e inteligente para saber exactamente dónde estoy. 

--En la 21, me dijeron que en la 21--

Entrando a la habitación ¡sorpresa! mi compañero de cuarto es Henry, pero no importa. Wilhem esta muy nervioso y ansioso, lo puedo notar, no para de caminar por el lugar .

--Hola, ya llegaste, si quieres deja tus cosas ahí y-- Henry ahora no. Me quede viendo a los ojos de Wilhem ¿Qué pasa? ¿Estas bien? Esto se volverá más difícil en los siguientes días semanas y los años que quedan. Vi cómo Ilse jalo a Henry saliera de la habitación, cerraron la puerta al irse. 

--¿Cómo estas?-- me pregunta, su voz se acorta al hablar.

--Bien... ¿Tu cómo estas?--

--Bien ¿Quieres que te ayude a....?-- tomo mis maletas, las abrió, me quiere ayudar. Pero Wille ¿En qué quedamos? No me hagas hacer cosas que no quiero... --Yo lo que hago es poner mi ropa en cajas por debajo de la cama-- 

--Wille, Wille. Me ignoró. Lo agarre del brazo, lo frene y lo mire a los ojos.

--Yo puedo hacerlo, solo-- Él lo entendió.

--Okay... Mi cuarto es el 24 por si es que necesitas algo-- Wilhem se encamino hacia la puerta

--Si, gracias...-- Al abrir la puerta, le detuve --Wille... Me alegra, que estés bien-- Él me miro a los ojos y me sonrió, se fue. Empecé a desempacar todo.  Bienvenida nueva feliz-infeliz vida.

ILSE

Acurrucada es cómo me gusta estar, siento el calor y la cercanía con la otra persona. Madison me tenía cómo a un bebe entre cobijas en su cama. Le explique todo lo que ocurrió, y que de alguna manera iba a estar más cerca y eso era algo bueno.

--Ni siquiera me dijo que habían tomado fotos--

--Yo estaría enojada con el--

--No lo sé... siento pena por Wille de hecho, todo esto porque no puede estar con Simon--

--Tienes razón ¿Esto no te afecta? Con lo que me dijiste de tu mamá--

--Espero que este bien, no me ha hablado. Pero por eso voy a cambiar mi nombre frente a ellos-- Me acaricio mis mejillas y me pegó más hacía ella. Aun con todas estas cobijas puedo sentir sus pies fríos, y cómo los enrolla cerca de mis pantorrillas. 

--¿Has pensado en algún nombre? No sé... ¿Filippa?--

--No ese suena muy rarito ¿no crees?--

--¿Astrid?--

--Muy latino ¿no?-- 

--No pues no sé, nunca he estado ahí--Me reí junto con ella.

--¿Qué tal Nellie?--

--Suena bien... mi linda Nellie-- Me dio un beso en la nariz, simplemente se sintió incomodo.

--Eso fue supere cringe, mejor llámame por mi nombre--

--Esta bien... Ilse-- Me besó. Le devolví el beso en cuanto sus manos acariciaron mi espalda. La beso lentamente, saboreando cada espacio de sus labios y masajeo su lengua contra la mía. Madison muerde mi labio suavemente y baja sus manos hacia mis glúteos, apretándolos ligeramente y pegando sus caderas hacia mi vientre. La respiración de Madison se acelera poco a poco, dejó de besarla para que suelte un ligero gemido en mi oreja, el cuál me excita y me subo sobre de ella. Muevo mis caderas para que ella pueda sentir el roce de mi cuerpo  con sus labios. Comienzo a besarle el cuello, mientras aprieto sus senos con las palmas de mi mano, meto mi mano por debajo de su blusa y acaricio su abdomen hasta llegar a sus pecho. Ella sube una de sus rodillas y nuestros labios por debajo de los pantalones por fin rozan. Dios mio, Madison mueve mis caderas para que pueda sentir el roce y el faje que esta pasando ahí abajo. La situación se vuelve más caliente cuando Madison dobla su espalda, esta sintiendo el placer. Es exactamente lo que quiero. Bajo mi boca a la altura de su vientre, la volteo a ver a los ojos y recorro con besos todo su abdomen hasta llegar a sus senos. Baje mi mano por su vientre, por suerte llevaba pants y fue fácil deslizar mis dedos hacia sus labios. Estaba mojada, pero ella quería más y abría un poco más las piernas, deslicé mis dedos entre sus dos labios por encima de sus pantis. Madison quiso gemir pero me fui directo a besarla para hacerlo más silencioso. Moví sus pantis, me eche para atrás y sobe sus muslos lentamente, me agaché para lamer de su vagina hasta su clítoris. Todo iba completamente maravilloso, hasta que Madison tensó las piernas --¿Te dolió algo?-- le pregunte. Ella me jalo hacía ella --Hay unas mentas en el cajón al lado de ti-- Las agarré aún confundida y me las eché a la boca mientras ella se acomodaba sus pants y me abrazó por la espalda. 

Felice entro por la puerta ¿Cómo chingados supo eso Madison?. --Hola-- nos dice alegre y delicada.

--Hola-- le responde Madison. Yo me tapo el rostro para que no vea lo roja que estoy. 

--¿Todo bien, Ilse?-- me pregunta.

--Si, sólo un momento... sentimental--

--En media hora tenemos que bajar a cenar ¿Quieres que te ayudemos a desempacar?--

--No te preocupes, ellos ya lo hicieron....--no eres una de ellos no seas pendeja--  suena ridículo pero ya lo hicieron-- 

--No te preocupes ¿En qué habitación te tocó?-- 

--En la 14 creo, no he entrado la verdad--

--La misma que Sara. Vamos--

--¿Enserio? Que bien--Por lo menos ya tengo a alguien con quien no sentirme cómo una extraña. 

Cenizas de la coronaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora