Me alegra oirte

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Minutos después de que la cena acabara todos se levantaron de la mesa. August fue el primero en retirarse junto con su madre. Todos sabían que la Reina Kristina se había juntado con Simón para charlar "en privado"; durante esto quienes quedaban en el salón eran Walter y Madison quienes estaban jugando Just Dance desde la aplicación de youtube porque no querían moverse del lugar y prender la consola, Felice molestando a Wilhem para que tenga las fotos perfectas del recuerdo de feliz cumpleaños e Ilse tratando de enseñarle palabras en español a Henry. Ilse había sacado uno de sus cuadros de pintados, era Wilhem pero retratado como una caricatura al estilo político, vistiendo una corona rota y quitándose una capa de rey roja y pesada, fumando un gallo de marihuana cual sacaba humo de color morado y verde mientras estaba tumbado en el pasto de algún bosque, también tenía un par de lagrimas doradas cerca de su lagrimal. Ilse la llamaría "Debajo de una de mis mil capas".

—Dios mío, es la cosa más hermosa que he visto— comentó Wilhem en tono risueño y sarcástico. 

—Cualquier cosa parecida a la realidad es mera coincidencia— agregó Henry haciendo burla al aspecto borracho y drogado de la caricatura.

—Es la cosa más horrenda que he visto— con risas comentó Felice. Todos empezaron a reír y brindaron con un par de botellas de refresco y algunos agua, porque es lo unico que les dieron con adultos cerca. Ilse durante toda la cena ha estado constantemente recibido llamadas de numero desconocido durante toda la cena, las cuales las ha ignorado todas. 

Cuando los chicos se acercaron a la puerta principal para despedir de la Reina, Wilhem no pudo oír la conversación completa, pero si alcanzó a oír:

—De todas maneras dependerá de ti si quieres estar presente o no— le dijo la Reina a Simón.

—Si, gracias. Lo estaré pensando — contestó seguro de si mismo Simón. Cuando llegó Wilhem la conversación se había acabado y se encaminaba al auto real. Los demás igual salieron al patio a despedirse de la reina, pero todos se esparcieron entre este. Algunos se quedaron en el porche, unos se fueron cerca de los arboles, Ilse fue quien se separó del resto porque de nuevo el numero desconocido volvía a llamarla. Se alejó no mucho, fue a la reja de la entrada principal y se recargó ahí.

—Hola ¿Quién es?— Ilse respondió la llamada con tono serio y enojada.

—Hola Ilse, me alegra oírte— le respondió la voz de un hombre, probablemente de 30 años quien ella no reconocía.

—¿Quién es? ¿Qué busca?.

Unos metros alejada de ella se escuchaba una respiración profunda y pisadas corriendo rapido saliendo de los arboles. Era Sara. Quien buscó a Ilse por todo el lugar, pero se dio cuenta que ella no estaba junto con los chicos, su aspecto era de preocupación y estaba alterada.

—¿Sara? ¿Qué haces aquí? ¿Estas bien?— le preguntó Simon acercándose a ella. 

—¿Dónde esta Ilse? Tengo que llevarla a casa, tenemos que hablar.

—Ilse esta allá — apuntando hacía la reja de Hillerksa—¿Qué pasó?

—Es sobre su mamá.

Devuelta con Ilse ella tenía los ojos llenos de lagrimas, pero ninguna había salido aún. Estaba dentro de un shock escuchando a lo que la persona detrás del teléfono le estaba diciendo. Calló de rodillas al oir:

—Tenía tiempo que no sabíamos nada de ella, hace dos semanas encontraron partes de su cuerpo descuartizado, tenía las piernas mutiladas tiradas entre los canales de la ciudad.

Ilse colgó la llamada, la respiración se fue de su cuerpo, fue cómo si le succionaran el alma y esperanza. Sara corrió a abrazarla por su espalda, pero ella no respondió al abrazó, se quedó quieta viendo a la nada y a todo lo que había perdido al mismo tiempo. Los chicos no tardaron en darse cuenta de la situación y aunque no se acercaron, todos tenían rostro de confusión. Ya que Sara le decía constantemente —Lo siento mucho, enserio lo siento— pero a Ilse se la había quitado la voz con tal noticia. El último en darse cuenta fue Wilhem, quien aún estaba charlando con su madre de lo bien que fue la cena; pero al momento en que su mirada se tornó a Simón y el tenía lagrimas en sus ojos mirando a Sara tratando de alzar a Ilse. Wilhem corrió hacía ellas.

—Ilse por favor levantante, mírame por favor—casi llorando Sara.

—¿Qué paso?— Wilhem se puso frente a ella y la tomo de su cara pero ella no escuchaba, seguía en un shock —¿Ilse?

—Su madre, le acaban de decir que falleció.

—No falleció, la mataron— con voz débil y susurrando a la nada contestó Ilse. Wilhem pasó uno de sus brazos hacía él y la recargó en el para que pudiera caminar. Simón no lo dudo e igual corrió a ayudarle. Al pasar al lado de la reina Ilse se detuvo y  mirando al piso pero acercándose a ella le preguntó:

—¿Usted ya lo sabía?

La reina pasó su mano para acariciar el cabello de Ilse, pero ella se apartó —Sabía que aun no estaba localizada, lo lamentó— Los chicos llevaron casi cargando a Ilse a la habitación de Simón y Henry. Wilhem dejó solos a Simón e Ilse solos, era un momento familiar. Dentro en la habitación Ilse ya estaba sentada en el suelo, recargada de tal forma que parecía que este mismo la hubiese estando tragando. 

—Lo siento mucho— Simón sentándose al lado de ella. 

—¿Puedes dejarme a solas un momento?— le preguntó con una sonrisa fingida  y lagrimas en  los ojos.

—¿Vas a estar bien?— Ilse le asintió, Simon se levantó y se regresó para abrazarla. Le susurró al oído —Eres  mi hermana, estamos juntos en esto. Salió de la habitación dejándola sola. Mientras el se fue con Wilhem. 

Cenizas de la coronaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora