Me permito vivir

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SIMON

Extrañe a la banda. Solo fue una semana, pero se sintieron como millones lejos de ellos. Hicimos lo que normalmente hacemos, jugar un par de juegos, cenar con mi mamá, pedir aun más comida (respuesta obvia: pizza), seguir jugando en la consola. 

Ayub sigue siendo mi hijo en lo que queda de jugar fifa, fornite, call of duty, years y todos los juegos que ha traído a mi casa. Se siente raro cuando tienes solo dos grupos de amigos que son fijos, intentas no compararlos, pero no puedes sacar de la mente que ambos se odiarían o simplemente no tendrían nada en común, porque no encuentras un tema de conversación que ambas personalidades puedan compartir sin sentirse incomodo. 

Recientemente descubrí el significado de tener un hermano, un amigo o alguien en quien confiar. Siempre lo he sabido, pero ahora me hace sentido. Ninguna vida esta destinada a estar vivir solitariamente. Hasta hoy en día me doy cuenta y puedo comprobar que tengo un hombro para secarme las lagrimas, una mano que tomar cuando me siento inseguro, alguien con quien jugar para sacar mis emociones de alguna manera. Tener personas, tener estas personas conmigo... me hace sentir vivo. Se que ellos darían todo por mi, y yo todo por ellos. Son mis amores, porque lo que hay es amor, pero no son mis amantes; es un diferente tipo de amor. Y lo veo ahora que Ayub se enoja mientras le estoy ganando en el juego, Rosh burlándose de nosotros, e Ilse quien siempre esta presente aunque no siempre se sienta bien.

—No. Ayub. No. Cabron, metete a la cueva, te van a matar. No. No Ayub... Corre cabron, ya te esta siguiendo, no mames.

Ayub, volvio a perder este juego. El dice que vamos 3-2, pero en realidad vamos 10-2 —No inventes Ayub, estas peor que yo... Ey! Ilse ¿Quieres jugar?— le preguntó Rosh. La muerte de su madre, la ha dejado casi muda, ya no nos saluda, no en el lado malo; sino que su vida se volvió silenciosa y sólo se encierra en el cuarto de mi mamá.

—Estoy bien, gracias— debido a que no hablaba mucho, su voz estaba muy ronca y seca.

—¿Qué pasa Simme? ¿Quieres que te gane en otro juego?— me preguntó Ayub.

—Llevamos horas jugando, ya me están doliendo los ojos— en efecto ya teníamos más de 7 horas encerrados en mi habitación, no es sorprendente que ya nos acostumbramos al olor a pies. Procedí a ver mis peses, se escucha aburrido, es lo único que me distrajo.

—Wow. Simón, tienes que ver esto— Ayub me mostro su celular, pero Rosh casi no me dejó ver.

—Cállate, ve esto— Rosh cambio la pantalla al primer noticiero que vio, la luz era muy fuerte así que se me complicaba ver que estaba pasando —El príncipe heredero Wilhem, cito "Creo que el tener que ocultar quien eres por  la discriminación que esta hasta dentro de las casas de muchas personas ya sea por la orientación sexual e identidad de genero, es algo que lamentablemente esta normalizado, me duele saber que la única opción en ciertas ocasiones es ocultar lo que eres. Una persona debe de querer a otra sin el hecho que la gente le ponga etiquetas, y por fin hoy me siento cómodo con decir que no sigo ninguna etiqueta. Sólo me permito vivir"

—Al parecer todos los rumores eran ciertos, el príncipe ha dicho que no le gustaría especificar su orientación sexual porque no ve la necesidad de hacerlo. Con sus recién 17 años cumplidos ha dado dichas declaraciones— leyó Ayub en su celular. Ya me habría venido abajo si Wilhem hubiera dicho cualquier otra cosa, me habría echado a llorar. Aunque las lagrimas caían por mis mejillas, no era por tristeza, sino por felicidad, estoy orgulloso de él. 

Sentí como los brazos de Ilse  me abrazaban por detrás y me susurró —Todo va estar bien Simon, ambos lo merecen.


Cenizas de la coronaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora