Realmente me gustaría que te quedarás

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FELICE

Estar con tus amigas cuando estás triste o en cualquier otra situación donde sabes que ellas pueden llenar algún vacío que tienes es completamente hermoso Pero hay ocasiones en las cuales quiero estar cerca de ellas no quiero hablarles sube lo que realmente me pasa yo sólo quiero brazo de calor y aunque lo buscó con Madison estela Federica no lo encuentro de cierta manera lo único que me calma es mi madre y aunque ella siempre espera mucho de mí sigue siendo mi madre y yo quiero sentirme cobijada entre sus brazos sentirme protegida por lo menos con ella y es por eso que le escribe ese poema para que es todo lo que aunque aun así tenemos nuestras diferencias yo las sigo queriendo y es mi madre yo soy su hija y eso nunca va a cambiar .

—¿Entonces si te gusto? — le pregunte por teléfono.

—Me encanto hija— me alivio el modo en que lo dijo, fue como si rompiera totalmente el lazo de tensión que cargaba.

—¿Papá lo vio? —

—Se lo mande bebé, pero no se si lo haya visto. Últimamente trabaja mucho— siempre lo hace, me decepcionó el hecho de que la respuesta no fuera un "si" y fue notorio, me quedé callada unos segundos hasta que mi madre volvió a hablar —Hoy es el cumpleaños de Wilhem ¿Harán algo especial?

—No nos han dicho nada, pero probablemente tengamos una cena en grupo. Hoy en la mañana le dimos un pastel— no quería acabar la conversación, pero por dentro sé que mi mamá y yo no conversamos a menos que sea de su interés o que me beneficie según ella. Me preguntó sobre cómo se encontraba él, es claro que el chisme les arde a todos cuando se trata de alguien de nivel alto; evadí la pregunta para que entendiera que él tiene que ser respetado y dejarlo que sienta lo que tenga que sentir.

—¿Cómo estás tú? ¿Cómo esta todo por allá? —me pregunto. No sabía realmente que responderle, si le decía obviamente sería etiquetada por ella cómo una confiada y tendríamos una conversación hija madre que nunca avanza hacía ningún lado, sólo ella dándole vueltas al tema.

—Va de lo mejor que puedo...— no había nadie conmigo en el bosque, pero aún así no... no podía seguir con la conversación —Oye, tengo que colgar, alguien me esta llamando. Luego te escribo— colgué de inmediato, no esperé ninguna respuesta.

Me doy cuenta de que hasta con ella tengo que fingir, me siento tan cansada de fingir. Nadie lo dice, pero dentro de mi cabeza hay millones de voces diciéndome que soy nada, quejándose de mi personalidad... personalidad que yo me creé, me quejo de mi misma cuando ni siquiera sé quién soy.


ILSE

¡¿QUÉ VAS A HACER SIMON? ¿QUÉ HACES?

Me ignoró, salió corriendo hacía la puerta de Hillerska. Hasta apenas me di cuenta de que fue mala idea hacer todo de impulso, y quien saldrá más afectado de eso será el. Yo no. Estuve correteándolo por toda él patio hasta que llegamos al edificio de los dormitorios de hombres. Su paso era firme, sea lo que sea que fuera hacer estaba decidido, caminó entre las puertas del pasillo y yo aún le decía "¿Estas seguro de lo que vas a hacer? Esto es una mala idea. Simon escúchame por una maldita vez" Cada vez nos acercábamos más a la habitación de Wilhem —Dijo que era la 24 ¿no?

Simon toco la puerta ¿amablemente? Sé calmó. August abrió la puerta se veía cansado, como si no hubiera dormido en días— pero Simon estaba sonriente, fue entonces cuando Wille que estaba acostado en su cama y yo cruzamos miradas, algo no estaba bien —Venimos a ver a Wille— dijo calmado Simon. August nos permitió entrar, pero no cerró la puerta

—Los dejo solos ¿okay? —August.

—No, realmente me gustaría que te quedarás— Mierda.

Simon lo empujo, no sé de dónde saco las fuerzas, pero el cuerpo de August azoto horrible hacia la pared. Lo jalo de la chamarra que llevaba puesta y lo tiro al suelo. August no se movía, sino lloraba. No tenía el rostro de que estuviera soportando las pateadas que recibía de parte de Simon, estaba sufriendo por dentro. No supe cómo reaccionar a la situación, me hice unos pasos atrás y noté ya había estudiantes viendo por la puerta. August ya sangraba un poco. Wilhem jalo a Simon hacía él.

—¡¿Lo sabías? El lo hizo, él lo grabo— Simon estaba aún con la ira en cuerpo, casi le grito a Wilhem; pero no recibió respuesta lo que convirtió su ira a decepción —¿Poe qué no me dijiste? — por el tono en que lo dijo, Simon estaba a punto de llorar.

—No sabía cómo hacerlo.

—Jodete— Simon salió de la habitación, Wilhem fue tras él. Yo me quedé en la habitación. Todos seguían viendo así que cerré la puerta.

August seguía aun en el piso, me acerqué a él. Intente cargarlo hacía su cama. Su rostro ya estaba más roto de lo normal, aún tenía ambos ojos con moretones cerca, parte de su ceja sangraba, de su boca salía un poco de sangre igual y tenía suciedad en todo su rostro. No dudo que ahora su abdomen este lleno de marcas de golpe.

—¿En qué estabas pensando?

—Nada de esto lo quería causar, enserio. Nada— Lo único que me quedaba por hacer por lo menos era ponerle un poco de agua o hielo en sus heridas, vi que en su baño tenían unos trapos. Pero antes de que me encamira hacia estos, August me abrazó.

—¿Qué mierda haces? ¡Suéltame!

—Por favor, quédate aquí, por favor— No lo pude escuchar del todo, tenía poco aire en sus pulmones y estaba llorando, tenía todo su rostro estampado hacía mi abdomen. Él estaba tan roto. Seguía llorando, lo único que hice fue sobarle parte de sus hombros.

—August, August...— lo separe de mi —Tengo que curar tus heridas.

—Perdón mancharte de sangre.

—Se puede quitar— se quedó mirando a la nada por unos segundos, aun con aspecto depresivo, realmente no sé que hacer cuando alguien esta así junto a mí, lo único que se me salió fue —Esta bien llorar.

—Quédate, no me quiero quedar solo.

—Solo unos minutos. 

Cenizas de la coronaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora