Cenizas de la corona

Epilogo.

Después de unas semanas el príncipe Wilhem tenía la mente llena de ideas sin inicio ni fin, preguntándose si la decisión que tomó era la perfecta. Quiso hablarlo con Simón, pero llegó la pandemia Covid-19, haciéndose alejarse aún de sus amigos, y aprender las normas y estilo de vida de lo que el próximo rey debe de aprender.  Simón y el seguían en Hillerska, pero en línea obviamente, aun así ninguno tuvo el valor de textear al otro. Encontró la carta que August le escribió antes de lanzarse al lago, August la había metido en la caja especial de Wilhem dónde guardaba fotos con Erik y Simón, en parte August quería que la leyera cuando Wilhem se sintiera tan solo para ver abrir aquellas fotos , y así pasó. Wilhem no se lo contó a nadie, ni en su propia mente dónde se imaginaba falsas conversaciones con Simón pudo decirlo. Nunca volvió a acercarse al lago, y cada que alguien lo invitaba a nadar a alguna laguna nunca iba, él sentía que dentro del agua habían piezas y recuerdos de August; así que prefería ir sólo al mar o a algún lago, y le contaba al agua cómo iba su día a día.  

Por otro lado Simón junto con su familia se mudaron a una casa un poco más amplia, mantuvo su mente ocupada en organizar su nuevo hogar y asistiendo a talleres de guitarra y canto, había momentos en los cuáles la única manera de desahogarse era escribir canciones de cómo se sentía, fueron 22 en los primeros 4 meses, 16 sobre Wilhem y 6 de sus amigos y familia. 

A Ilse no le sorprendió que la Reina le diera la colegiatura de lo que quedaba de sus años en Hillerska, le tomó tiempo volver a pintar, ya que en su mente ella misma se culpaba por darle la idea a August del suicidio, lamentablemente a respuesta de eso su relación con la comida le dejó de interesar y tuvo un intento de suicidio, pero Simón la sorprendió con la lata de soda cortada llena de sangre en que brotaba de sus brazos, Ilse estaba apunto de cortarse el cuello. Desde entonces, ella asiste a terapia obligatoria y pasó en el psiquiátrico unas semanas. Fue ella quien le dijo a la madre de Simón, Linda, lo que Sara había ocultado todos estos meses. Pero su único castigo fue que la cambiaran de escuela, y el rechazó de Simón por unos 3 meses. 

Felice tuvo varias discusiones con su madre y padre cuando estuvieron  en la cuarentena. Dichas peleas le hicieron entender a sus padres que Felice no era tan feliz como ellos pensaban, y cómo padres intentaron llenar aquel hueco que durante toda la infancia de Felice abandonaron. Pero no resultó del todo, Felice aun sentía que tanto su madre como su padre les debieran algo que nunca van a poder pagar. Su relación con Sara fueron pocos trabajos en equipo por la escuela y dos que tres conversaciones que no llegaban a más de ¿Qué haces? 

Quien ocupó lugar como mejor amiga, única confidente y hermana fue Madison quien aún estaba en duda si volvía a Nueva York o se quedaba con Felice para quedarse juntas con Stella y Fedrika. Los chicos siguieron sus vidas, Henry y Walter formaron un vinculo con Nills y Vincent, en dónde soñaban crear una empresa independiente a la de sus padres. Ayub y Rosh pasaron unas semanas viviendo con Simón durante la pandemia, y su amistad sigue en pie, aunque ahora es un poco más madura y honesta.